Anda inquieto Luis Enrique. No se fía de nada, a pesar de ese excelente 1-2 que arrancó del Calderón. Anda inquieto el técnico del Barça porque no quiere perderse la posibilidad de encadenar su tercera final consecutiva de Copa, la cuarta que sumaría el club. «Ningún jugador de la plantilla piensa que esté todo hecho», aclaró el entrenador azulgrana, alertando, al mismo tiempo, de que «vamos a sufrir durante el partido». El sufrimiento, sin embargo, será menor porque Luis Enrique recupera a Piqué («menos mal que se paró cuando notó esas molestias musculares», argumentó), Busquets e Iniesta.

O sea, en una noche el Barça recobra su ideología futbolística, más necesaria que nunca si el Atlético, como intuye Luis Enrique, «arriesga más, con una presión alta durante más tiempo y con registros diferentes». Eso es algo que también le inquieta al técnico. Simeone, en cambio, resultó mucho más