Tenía ganas de decirlo. Y lo dijo. Tenía ganas Luis Enrique de destapar la existencia de «una campaña de desprestigio» hacia sus jugadores, cansado como está de la permisividad arbitral con las reiteradas faltas que recibe el Barça, sobre todo el tridente. «Es una evidencia que mis jugadores son los que más faltas reciben y, curiosamente, son los más sancionados. Allá cada uno con su conciencia», declaró el técnico del Barça antes de anunciar su deseo de «apretar al máximo» para no descolgarse más en la Liga, teniendo en cuenta, además, la cercanía de la vuelta en la Copa (martes en el Camp Nou) y el retorno a la Champions ante el París Saint Germain (martes 14).

Llega hoy el Athletic (16.15 horas), un viejo conocido, al estadio azulgrana. Y Luis Enrique, que se ha enfrentado tres veces al equipo vasco en seis meses, sabe que no habrá sorpresas. «Ni yo voy a sorprender a Valverde; ni Valverde tampoco a mí», comentó el técnico. «Primero hay campañas para desacreditar a mis jugadores diciendo que se tiran y demás», denunció Luis Enrique, preocupado por las faltas al tridente. «Y luego hay campañas, incluso de los mismos medios, para decir que hacen pocas faltas y les sacan tarjetas». Curiosamente, Neymar se perderá la vuelta de la Copa por acumulación de tarjetas y si Messi ve otra amarilla el martes se perdería una hipotética final.

Es, precisamente, Neymar, el más castigado en esta temporada porque ha recibido 107 faltas, más incluso de las que suman Messi (59) y Suárez (41). «Solo puedo elogiar a mis jugadores que han lidiado con muchísimos aspectos en los partidos en los que han tenido que hacer un control emocional bestial», dijo Luis Enrique, feliz de que Busquets e Iniesta, los dos medios que garantizan el estilo, trabajen ya con el grupo. «Es una gran noticia para todos». Otra, que Ronaldinho será nuevo embajador del Barcelona. Ayer fue presentado.