—Usted capitaneó el milagro de resucitar la Vuelta Aragón ¿Qué supone suspender la tercera edición?

—Una gran decepción personal y de todo el equipo de la Federación pues hemos luchado mucho a todos los niveles: seguridad, tráfico, organización... Los participantes nos felicitaban, teníamos más peticiones de las que podíamos asumir. Incluso con la caída en el calendario internacional de la vuelta a California ahora quedábamos solamente en esas fechas el Giro de Italia y la Vuelta Aragón. Eso nos aseguraba una participación extraordinaria con los mejores equipos World Tour y un interés internacional innegable.

—¿Qué porcentaje del presupuesto tenían asegurado?

—Alrededor del 40%. Con esa cifra era una irresponsabilidad seguir adelante creando expectativas falsas a los equipos solicitantes de participación, a los aficionados y a nosotros mismos. No hemos querido entrar en el juego del chantaje a última hora.

—¿Los apoyos respecto a la primera edición se han reducido?

—Para que este proyecto pueda salir adelante es necesaria la convergencia de varias fuerzas o instituciones con una apuesta firme como ha sido hasta ahora. Sin duda están en su derecho pero no se entiende ya que la Vuelta Aragón es lo último que quedaba en pie del ciclismo internacional en Aragón, además de tener una proyección considerable. Podemos decir que se cae el mejor escenario para los cuatro ciclistas profesionales aragoneses.

—¿Cree que son determinaciones políticas las que llevan a sumar o retirar apoyos?

—Las instituciones están regidas por políticos y estos tienen unas u otras prioridades que se manifiestan en sus preferencias o en sus negativas. Como presidente de la Federación no lo voy a valorar. Como ciclista me duele mucho que la prueba faro del ciclismo aragonés no sea reconocida en la medida que merece. Hemos podido constatar un mayor reconocimiento deportivo fuera que dentro de Aragón.

—Estamos hablando de ciclismo profesional. ¿No cree que también se deberían captar fondos de las empresas?

—Así es, y reconozco que en ese ámbito somos nosotros los que hemos fallado. Hemos tenido algunos apoyos importantísimos, pero manifiestamente insuficientes. Técnicamente pusimos en marcha un evento ciclista difícilmente mejorable. Ese es nuestro terreno. Sin embargo en la captación de recursos privados no tenemos experiencia. Reconozco que ha sido nuestra parte débil.

—¿Queda alguna posibilidad de que haya Vuelta a Aragón 2020?

—Lo veo poco menos que imposible. Es necesaria una cooperación institucional global que ahora no existe ni se vislumbra. No obstante la Federación y todo su equipo de voluntarios, que ya hicieron un trabajo increíble en 2017, podrían repetir esa gesta, pero con un apoyo que hoy no tenemos. H