—Vuelve a embarcarse en un proyecto en el fútbol. Esta vez con Jesús León y en el Córdoba, donde desde esta semana es director general deportivo. ¿Qué supone para usted?

—Es una alegría porque vuelvo al fútbol, que tanto me gusta, aunque sea en unas circunstancias difíciles, las que tiene el Córdoba, pero es un reto apasionante. Y que el primer rival sea el Zaragoza es bonito, es un partido muy especial para mí.

—El Córdoba tiene 19 puntos y quedan 19 jornadas. ¿Qué necesita para salvarse?

—Necesita a la Virgen del Pilar. Es un objetivo muy complicado, aunque lo vamos a intentar hasta el final. El equipo es mejor de lo que ha demostrado, lo tenemos que recuperar anímicamente y hay que rebajar la crispación social que hubo hasta ahora y entre todos luchar por la salvación.

—Van a fichar jugadores, ¿no?

—Queremos reforzar al equipo, pero tenemos dificultades y poco tiempo. El anterior propietario se pasó un millón del límite salarial, tenemos que dar bajas por valor de 1,5 millones y disponer de así de medio millón para refuerzos. Necesitamos, sobre todo, contundencia y músculo, atrás y en el centro del campo. Somos buen equipo, jugamos bien, pero con eso solo no vale, hay que ser más consistentes. Esto es Segunda, Pep y el Barça están muy bien, pero aquí necesitamos otra cosa.

—Ya quiso entrar en el Zaragoza hace 30 años.

—Sí, como presidente. Me ganó Zalba, bien ganado, por cierto, pero me quedé el segundo de cinco. Fui un atrevido porque entonces solo tenía 25 años.

—Y en el 2011 intentó comprar el Zaragoza con Mario Conde. ¿Qué recuerda de aquella operación?

—Estuvimos hablando mucho tiempo con Agapito Iglesias, también en un momento difícil para el Zaragoza, y recuerdo que fue una negociación muy dura. Agapito es un tío difícil y no pudo ser, aunque los actuales propietarios son gente muy capaz, seria y comprometida.

—Estuvo en el Xerez, el Cartagonova y el Betis y ahora en el Córdoba. ¿Es una espina clavada no entrar nunca en el Zaragoza?

—Sí, lo es, porque el Zaragoza es un club muy especial para mí, es lo que he mamado desde pequeño, la tierra de mi familia, de mi madre. Y es el equipo que siempre llevo y llevaré en el corazón.

—Quizá cuando salga del Córdoba aún tenga tiempo.

—Pues retirarme de este mundo del fútbol, en el que llevo 25 años y siempre con éxitos, en el Zaragoza sería algo grande, magnífico. Es que es el club que más he vivido de cerca. El proyecto del Córdoba en el que nos embarcamos ahora es a cinco años y, cuando subamos a Primera y haya transcurrido ese tiempo, quizá será el momento de irse a otro sitio o de retirarse, que uno ya se va haciendo viejito.

—¿Cómo ve al Zaragoza?

—Sufro mucho, sobre todo porque veo que se está convirtiendo en un equipo más de Segunda y eso no está acorde con su historia. Es que los más jóvenes zaragocistas no han visto a ese equipo que ganaba títulos europeos, que llegaba y que vencía finales de Copa. Da pena y tristeza.

—Quizá la clave para volver a eso es olvidarse del pasado y ser conscientes de la realidad.

—Pero si no vives con tu historia nunca vas a saber hacia dónde caminas. La realidad, los límites de la Liga, la deuda y todo eso son los que son, pero nunca puedes olvidar lo que fuiste.

—¿Habrá una sexta temporada en Segunda para el Zaragoza?

—Es lo más probable, casi seguro. No se puede ver con optimismo al equipo porque no se han enganchado nunca a la promoción y no han estado cerca. Les ha faltado regularidad.

—Antes hablaba de los actuales propietarios del Zaragoza. ¿Qué le parece su labor económica en un club que cogieron con más de 106 millones de deuda?

—Es muy destacable el trabajo que hacen, porque reducir la deuda en Segunda es más que complicado. En Primera es fácil por el nivel de ingresos que tienes, pero en Segunda no. Y ahora las deudas en el fútbol hay que pagarlas todas, nadie perdona nada.

—¿Sueña con un Córdoba-Zaragoza en Primera?

—Ahora vamos a disfrutar de este enfrentamiento en Segunda. Sería un sueño, que ese partido fuera en la élite, como debe ser. Con los clubs que he tenido solo me he enfrentado una vez al Zaragoza, fue con el Betis, que estaba en Segunda en la 10-11 y el Zaragoza en Primera. Les eliminamos de la Copa y recuerdo que la comida de directivas en Sevilla la presidió la Virgen del Pilar.