Fue un fin de semana victorioso para Marcos López. El sábado pasado ganó la Estampida Nocturna en Cadrete, una prueba de 10 kilómetros y 300 metros de desnivel y el domingo por la mañana la Carrera de las Salinas de Remolinos, un duro rompepiernas de 16 kilómetros. «Tenía planteado disputar las dos como preparación para el Maratón del Aneto. Pero lo de ganarlas no lo tenía tan claro», explica este atleta veterano.

Tras la entrega de trofeos en Cadrete, López llegó a su casa a las tres de la mañana y se levantó a las siete y media. «No me levanté muy cansado. Desayuné una barrita de cereales», recuerda. La prueba comenzó a las nueve y media. «Se me hizo un poco más dura. Son 16 kilómetros. Después celebramos el triunfo con un vermú en Zaragoza», dice. La primera carrera por montaña que disputó en su vida fue el ascenso a la Peña Montañesa. Fue hace once años. «Estuve once días que no me podía ni mover porque la bajada me dejó las patas fundidas».

Pese a que tiene 43 años, no parece que pasen los años para el zaragozano. Alto, delgado y fibroso, tiene la zancada de una gacela y es un todoterreno de las carreras de fondo. En su juventud realizó pista y se especializó en los 800 metros con El Olivar. Con los años disputó crosses y carreras de asfalto y en los últimos se ha pasado a las carreras por montaña. «Lo que más me gusta son los crosses. La ruta me da un poco de pereza porque hay que estar pendiente del crono. Y en las carreras por montaña disfruto muchísimo más. Ahora el trabajo es el que me marca los tiempos de entreno», dice.

GRAN AMBIENTE

Lo que más le gusta de esta modalidad es «el ambiente. No tiene nada que ver con el asfalto donde todo el mundo está pendiente del crono. Al acabar las carreras hay un picoteo o una comida y es todo mucho más social», afirma López. Reconoce que la más dura que ha disputado es el Maratón del Aneto. «Son más de cinco horas corriendo y se hace más pesada. En Iglesuela del Cid me tuve que parar en un avituallamiento porque iba con un pajarón. Es mi peor carrera». Su gran sueño es disputar algún día «el Tour del Mont Blanc. Pero no tengo ninguna prisa. Pasar de 100 kilómetros no llama tanto». Piensa que estas carreras no han tocado techo. «Les queda mucho recorrido. Hay muchos que corren en el asfalto y se están pasando a la montaña. En asfalto sí estamos tocando techo y la naturaleza engancha más», indica.

López es el pionero de las tiendas especializadas de carreras populares. Zenit está ubicada en la calle María Guerrero de Zaragoza y nació hace 29 años. «La llevaba Fina, mi madre y después entramos en la tienda mi dos hermanas y yo. Con el tiempo contratamos a Iván Ramírez. Antes corríamos una banda de amigos y estábamos en todas las pruebas. Después llegó la explosión de las carreras populares. Ahora están especializadas Running, Fartlek, Zancadas, El Corte Inglés, Decatlón e Intersport», indica López.

Otra iniciativa de este culo de mal asiento es la creación de un club. Lo denominó Zenit Twinner. «Hace cuatro años decidí que la tienda tuviera su propio equipo. Me lié la manta a la cabeza con Jesús Romero, mi entrenador». El año pasado el proyecto siguió creciendo con la creación de una escuela de atletismo. «Fue gracias a la iniciativa de Dani Puyo y David Fernández. Tenemos un equipo de juveniles muy majo. Pero yo me quedo con Redouan Benharafa. Es un puntal del equipo y es una bella persona». Ahora es uno de los clubs más relevantes de Aragón con sus 60 federados y sus 50 escolares.