La pesca con mosca se inició en Inglaterra en la época medieval con artilugios rudimentarios. A principios del siglo XIX se comenzaron a fabricar cañas con madera de avellano, fresno, nogal americano, anona y greenheart. Poco después aparecieron las primeras cañas con bambú de Calcuta, un material más flexible y duro. Pero el bambú de Tonkin, según los especialistas el más idóneo para la pesca con mosca, no comenzó a trabajarse hasta bien entrado el siglo XX.

Everette Garrison introdujo en la tercera década de este siglo los cálculos matemáticos para la producción de cañas (acción de punta, parabólica y media) una tabla que actualmente continúan utilizando los fabricantes. Sin embargo, con la utilización de la fibra de vidrio en los años 40 y de carbono en los 70, que rebajaron ostensiblemente los precios, el bambú de Tonkin quedó relegado a una confección artesanal y a una clientela a medio camino entre la pesca y el coleccionismo.