En estos momentos, nadie se atreve en el Madrid a hablar del gran objetivo de lograr el sextete, los seis títulos a los que aspira el club blanco esta temporada y de los que ya ha alcanzado dos. Esa meta empieza a ser un zapato muy estrecho para un equipo que vuela bajo, que no se veía a siete puntos del Barcelona desde la temporada 2012-2013 y que en casa es un desastre con dos puntos de nueve posibles. Con ese peso extra en la mochila, el conjunto blanco solo piensa en ir escalando peldaños sin permitirse más fallos. No lo puede hacer hoy en Mendizorroza ante el Alavés (16.15 horas), un equipo que no ha sumado un solo punto y que estrena nuevo técnico, el italiano Gianni de Biasi.

Con todas las alarmas sonando por la falta de fútbol y de pegada, con el madridismo frotándose los ojos al ver que Messi lleva los mismos goles, nueve, que el Madrid en cinco jornadas, el equipo de Zidane ha entrado en caída libre. Todos los argumentos que esgrimió en la Supercopa de Europa y en la española se han disipado en un terrible inicio para los intereses de los blancos.

SIN AUTOCRÍTICA / Sin apenas autocrítica, Zidane apunta a la falta de suerte a la hora de que el balón entre en la portería, a los 27 remates frente al Betis, de los que solo siete fueron bajo palos. No dice nada de los 46 centros a portería, un recurso que se explota como la gran salida ante la falta de fútbol de elaboración. «No tengo una explicación concreta. He visto tres veces el encuentro del Betis. No hicimos un gran partido, pero no fue malo. No me voy a volver loco por perder un encuentro. Tuvimos ocasiones, pero no marcamos. No vamos a cambiar. Estoy muy contento del contenido de los partidos, a excepción del día del Levante porque en fútbol lo más importante es tener ocasiones», afirmó.

El técnico francés esbozó una amplia sonrisa cuando se le preguntó si había perdido esa flor que llevaba a su equipo a ganar encuentros de forma desesperada. «¿Qué pasa, que ahora soy el gafe? Pues sigo teniendo esa flor y no pienso en gafes», dijo Zidane, que aprovechó para reivindicarse con las rotaciones de fondo: «Creo mucho en lo que hago».

Va a necesitar esa flor para remontar los siete puntos que le saca el Barcelona, algo que ve posible. Zidane no comparte la idea de algunos de que la Liga está perdida. «Pueden opinar lo que quieran. Esto acaba de empezar y puedes tener 10 o 15 puntos de retraso. Ni con una ventaja de siete puntos pensaría que el campeonato está sentenciado».

No podrá contar con Marcelo, que sufre una rotura fibrilar en la pierna izquierda y estará 4 semanas de baja. Tampoco jugará Kroos, que se ha resentido de una molestia en la costilla, ni Benzema. Sí estará en las filas del Alavés, Enzo Zidane, hijo del técnico del Madrid, que afirma que «somos competitivos los dos». «Tendré más emociones y sentimientos, pero juegan el Alavés y el Madrid y no Enzo contra mí. Hablo de él como padre, pero no soy su entrenador», concluyó.