El Real Madrid siguió con su caída libre de las últimas jornadas, perdió la segunda plaza del campeonato, y firmó un récord histórico. Es la primera vez, en 102 años de historia, que el equipo blanco pierde cuatro partidos consecutivos. Ha caído frente a Osasuna (0-3), Deportivo (2-0), Mallorca (1-3) y Murcia (2-1), en una precipitación sin freno desde el liderato hasta, por el momento, la tercera plaza.

Luis García fue el verdugo del Real Madrid. Cumplió la venganza de los exmadridistas con esa ley que ya es costumbre este año y que en su momento dieron gloria a Valdo, a Morientes y a Etoo. El Real Murcia dio una alegría a su gente cuando menos lo esperaban. Los pimentoneros, descendidos hace varias semanas, lograron su quinto triunfo de la campaña ante un equipo que, de pugnar por el título, ha pasado a ser un conjunto débil incapaz de ganar a nadie. Y la victoria del Murcia puede afectar más de lo que dicen las apariencias al Real Madrid. No sólo son tres puntos que no suben al casillero blanco. En caso de confirmarse la tercera plaza, el equipo madrileñó no podría irse de gira y debería acortar sus vacaciones.

La fatalidad llegó pronto. Luis García marco en el minuto dos y el Madrid ya no pudo enderezar el rumbo. A estas alturas de temporada, todo le sale mal, no es capaz de hacer jugar a sus Zidanes y los jugadores se desesperan. Ayer lo hicieron con el segundo gol local, que llegó de penalti muy protestado, y lo hizo en particular Beckham, que se fue al vestuario antes de tiempo por hablar de la madre del asistente muy elocuentemente y en español. Ambas acciones terminaron de hundir al Madrid, que se vio superado siempre por la situación.

CANSADOS Si en la primera parte ya no habían mostrado síntomas de reacción, en la segunda, el cansancio puso el punto y final del encuentro mucho antes de que el árbitro señalara el final. Físicamente ni el Madrid ni el Murcia andaban sobrados. El equipo madrileño siguió sin mucho rumbo, con el carácter como única arma potable. A los 57 minutos, Raúl, de cabeza, mandó otro balón al palo.

Los gestos de rabia, de impotencia, se adueñaban del Madrid, mientras el público de Murcia, acostumbrado este año a la derrota, hacía la ola y coreaba con olés el juego fluido de su equipo, que, de haber mantenido el nivel mostrado anoche, no habrían bajado a Segunda División. El Murcia, con el trabajo de Jensen y el oxígeno de Acciari, se mantuvo vivo. Se lo estaba pasando tan bien el Murcia en el campo que, cuando John Toshack cambió a Gancedo, al argentino le sentó tan mal que tiró el chándal al banquillo de malos modos. Y es que nadie en el Murcia quería perderse la hazaña.

Los detalles de coraje de Luis Figo fueron insuficientes, Queiroz sacó a Guti para enmendar la plana y el canterano acortó distancias, pero ya en el tiempo añadido. No sólo marcó, sino que también vio una cartulina amarilla que le deja fuera del último partido en el Bernabéu el próximo domingo. Caída libre. Cuesta abajo y sin frenos.