El Real Madrid hizo los deberes y pese a las ausencias de futbolistas capitales se impuso con comodidad a la UD Las Palmas (0-3), antes de encarar el próximo martes en Turín la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Juventus.

El conjunto blanco aprobó el examen y dejó encarrilada su victoria ya al descanso, con goles de Bale y Benzema (de penalti), en el partido 400 del francés con el Real Madrid, un triunfo que aseguró nada más volver del descanso el propio Bale, también desde los once metros, y con la única noticia negativa de la lesión de Nacho Fernández en el primer tiempo.

Ante el inminente choque con la Juventus, Zidane se dejó en Madrid a Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Marcelo, Kroos e Isco, además del sancionado Carvajal, pero no quiso correr riesgos y puso al resto de habituales titulares en un once inicial reconocible, en particular de centro del campo hacia adelante.

Por su parte, la Unión Deportiva, aún más presionada en su lucha por salvar la categoría tras conocer el empate obtenido solo unas horas antes por el Levante, se mostró como un equipo atrevido, tomó riesgos con presión alta y una zaga adelantada, y suyos fueron los primeros intentos peligrosos, en sendos disparos desde fuera del área; el primero, de Calleri, pasó cerca del palo derecho de Keylor Navas, y el segundo, de Halilovic, lo rechazó el portero costarricense.

El conjunto blanco sí demostró su pegada con un gran gol de Gareth Bale. El tanto se originó en un saque en corto de Navas a Asensio, pase de éste a Modric y gran servicio al hueco del croata que acabó el galés de potente zurdazo al palo largo, a media altura, ganando en su galopada a Macedo. Las Palmas no reaccionó al golpe recibido, algo habitual en la frágil moral de los isleños, pero ahí no acabaron sus desgracias. Su delantero centro, Jonathan Calleri, cometió la torpeza de atropellar en el área propia a Lucas Vázquez. El penalti lo convirtió de fuerte disparo raso Karim Benzema.

En la reanudación, un nuevo penalti por una plancha de Ximo Navarro a Bale, lo anotó esta vez el propio futbolista galés con un disparo centrado sin dejar de mirar al portero desde los once metros. El equipo amarillo buscó con orgullo un tanto del honor, pero sin fortuna ante un rival a una distancia sideral, que incluso acabó perdonando una goleada de escándalo, y que ya piensa, ahora sí de pleno, en el choque prioritario de Turín.