El Real Madrid se proclamó campeón de Liga cinco años después, su trigésima tercera y la primera de Zinedine Zidane, poniendo el broche con goles de Cristiano Ronaldo y Karim Benzema en La Rosaleda, ante un Málaga que nunca especuló (0-2). Así, el equipo blanco cerró su gran Liga con actitud, cumpliendo el mensaje preferido de Zidane: salir con intensidad para evitar sufrimientos y nerviosismo. Marcando pronto para superar récords propios, anotando en todas las jornadas y obteniendo más puntos a domicilio que en el Santiago Bernabéu.

Todo estaba en la mano de los madridistas, que no iban a dejar escapar el gran objetivo marcado a inicio de curso. Necesitaron solo dos minutos para quitar la emoción. Un error en el despeje de Luis Hernández se convirtió en peligro cuando el balón le cayó a Isco, en estado de gracia. Su visión al espacio dejó solo a Cristiano Ronaldo, que superó con facilidad la salida de Kameni y volvió a marcar un tanto decisivo. Su número 25 en Liga, el 40 de la temporada con un final perfecto fruto del descanso medido.

UN RIVAL COMBATIVO

El escenario era el soñado para el Real Madrid, que encontró a un Málaga combativo que defendió siempre su honor. El balón lo aceptó el equipo de Míchel, que siempre generó peligro con un futbolista líder como Sandro. Aparecían Keko y Jony en los primeros intentos. La dinamita la tenía Sandro, que obligaría a Keylor Navas a extender su mejor versión de la parte final del curso. Respondió bien abajo y voló después a una falta con rumbo a la escuadra.

No hubo continuidad en fase ofensiva del Real Madrid pero sí equilibrio. En tres ocasiones buscó el gol pero se topó con Kameni. Benzema lo acariciaba con un disparo cruzado en una de sus pocas apariciones, y en la contra de Isco, buscaba el remate de Cristiano para la sentencia, pero nuevamente respondía bien el portero camerunés. A la pausa que deseaba el Madrid, sin ser nunca un especialista en anestesiar duelos, le respondía el Málaga con el veneno de Sandro. Lo intentó hasta desde el córner con gol olímpico, con otro disparo que se envenenó tras desviarlo Keko y con un testarazo que acarició la escuadra.

Con espacios podía sentenciar el Madrid en cualquier acción, pero la sentencia llegó con un saque de esquina, cómo no. La sociedad Kroos-Ramos volvió a escena pero en esta ocasión el remate del sevillano no acabó en la red y fue Benzema el que marcó a placer tras el rechace de Kameni, ante la protesta por su posición. La Liga estaba sentenciada y comenzaba la fiesta en el banquillo madridista y de sus seguidores en la grada. El Málaga buscó el tanto de la honra que no llegó.