Casi un acto de fe, eso es lo que les exigió Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, a sus aficionados mientras les explicaba que, con el fichaje de Mariano Díaz se cierra un equipo ilusionante para la temporada que ya está en marcha. «Teníamos una plantilla excepcional y la hemos reforzado en todas las líneas del equipo», arrancó Pérez, obviando la baja de Cristiano Ronaldo, antes de empezar a enumerar: «Courtois, el mejor portero del Mundial, Odriozola, un defensa internacional…».

Pero a partir de ahí: «Lunin, un portero con un futuro extraordinario (que va a jugar esta temporada cedido en el Leganés), Vinicius, una de las estrellas emergentes del fútbol brasileño, Fede Valverde y Reguilón, canteranos que ascienden del Castilla, y Mariano, que lleva el gol en su ADN», terminó Florentino Pérez, degradando la solidez de sus argumentos conforme avanzaba en las líneas reforzadas. En su presentación de ayer, Mariano estuvo ilusionado, feliz, orgulloso, comprometido. «Es el club de mis sueños, me debo a este club», dijo. El delantero hereda el número 7 de Cristiano y Lopetegui consigue con él un elemento más para sumar a su proyecto coral.

Mientras, la duda entre Navas y Courtois para ocupar la portería del Madrid casi monopoliza otra previa del equipo de Lopetegui, dos de dos desde que llegara el belga. «La confianza que tengo en todos los porteros es máxima, juegue el que juegue. Tengo tres magníficas soluciones y lo gestionaremos como creamos en cada momento», insistió Lopetegui, que aún no ha hecho debutar a Courtois. Con dos victorias, ante Getafe (2-0) y Girona (1-4), el Madrid de Lopetegui va cogiendo confianza a base de victorias, a la espera de que, además de a Courtois, integre en el sistema a Modric, que todavía no ha sido titular. Esta noche (20.45), el Madrid recibe en el Bernabéu al Leganés de Mauricio Pellegrino, un equipo que, como el Girona, llega con el recuerdo de un triunfo en Madrid la pasada campaña (en Copa), pero sin conocer la victoria en dos jornadas de Liga.