El Real Madrid asestó un golpe de efecto a la Liga, extendiendo su buen momento y cortando la racha sin derrota del Levante de Joaquín Caparrós (3-0), para distanciarse cuatro puntos del Barcelona, y comenzar a dejar la lucha por el título en cosa de dos, en su pulso con el Atlético de Madrid. Ancelotti dio con la tecla y en el momento en el que se deciden títulos y se caen equipos por el camino, sus jugadores muestran la mejor de sus caras. Saltan al césped con hambre de éxito.

El Levante llegaba en su mejor momento pero el Bernabéu son palabras mayores para cualquier equipo en este momento. Ocho jornadas sin caer derrotado sirvieron de poco cuando el Real Madrid le encerró en su terreno desde el primer minuto. El ritmo de juego era altísimo, al son de Modric. Di María y Carvajal desbordaban por la banda y los tres de ataque comenzaban a afinar su puntería.

A la segunda, Cristiano encontró el premio del gol. Rompió el partido de una forma poco habitual, con un córner. Se repitieron los socios. Lo puso Di María y cabeceó Ronaldo tras un salto prodigioso, ajustando su remate al poste. Once minutos y liderato. Con el viento a favor y cómodo en el campo, los de Ancelotti jugaron con paciencia. Supieron encontrar espacios en una defensa poblada. Aplicaron la velocidad de juego necesario y aunque no mantuvieron el ritmo, fueron generando oportunidades.

Se abrió el segundo tiempo con el mismo monólogo y tuvo premio rápido. El duelo quedó sentenciado gracias a Marcelo. El brasileño mostró su cara más ofensiva. Una de sus incorporaciones la finalizó con calidad. Al pase de Cristiano respondió con un amague en bicicleta y un derechazo a la red. Era el minuto 48 y en el 80 volvía a ser protagonista con un centro que mandó a su propia portería Nikos.