El Real Madrid golpeó con eficacia, apagó al Atlético de Madrid y conquistó el derbi del Wanda Metropolitano (1-3) para creer en la Liga, ahora en el segundo puesto como el principal perseguidor del Barcelona, después de un duelo con tensión, polémica y VAR.

A cinco puntos, pendiente del resultado del equipo azulgrana en San Mamés, el conjunto blanco renace en una competición que parecía perdida no hace mucho. Dos de los cuatro goles exigieron la confirmación del vídeo, también un tanto anulado por fuera de juego a Morata. Un saque de esquina hacia Sergio Ramos sobre el que se abalanzaron hasta tres rivales rojiblancos para impedir su remate, sin atender a que el rechace también cuenta. Thomas desatendió su marca y Casemiro conectó de media chilena el 0-1 en el marcador.

El Atlético no reaccionó en cuanto al juego golpeado por el gol pero logró empatar. Correa lanzó un pase decisivo a Griezmann, que sorteó con sutileza por debajo de las piernas la salida de Courtois (1-1). El gol, invalidado al principio por fuera de juego, lo confirmó el VAR. Giménez atropelló al desequilibrante Vinicius en una imprudencia del uruguayo. ¿Al límite? ¿Dentro o fuera del área? El árbitro pitó penalti, el VAR lo ratificó y Sergio Ramos lo transformó en el 1-2 antes del descanso.

Morata, desaparecido en el primer tiempo, recibió un pase largo de Giménez y picó el balón ante la salida de Courtois. Otra vez apareció al VAR. Otra vez al límite. El árbitro y el vídeo dictaron que era fuera de juego. Gol anulado, frustración en el Atlético y alivio para el Real Madrid. Necesitaba más el Atlético, que reclamó un penalti sobre Morata, pero cuyas esporádicas ráfagas ofensivas fueron insuficientes para nivelar el choque, mientras el Real Madrid aguardó a la expectativa, casi ya sin crear peligro en el otro área hasta que asestó el golpe definitivo. Tras la enésima pérdida del Atlético, lo hizo Bale, a pase de Modric para sostener que su equipo cree en LaLiga.