El Madrid no ha desaprovechado el empate del sábado en el Calderón y ha resuelto sin excesiva brillantez su enfrentamiento con un combativo pero limitado Espanyol. Con la victoria en Cornellá (0-1) el conjunto blanco recorta dos puntos y se sitúa a tres de Barça y Atlético. Con un ejercicio solvente, el Madrid aprieta la Liga de cara a una segunda vuelta que promete emociones fuertes.

Ha salido valiente el Espanyol, a pesar de las bajas, y con un remate de cabeza fallido de Stuani, ha avisado al Madrid de que le esperaba un duelo duro. Durante los primeros compases, el conjunto blanquiazul, concentrado y solidario, se ha mostrado muy expeditivo en el centro del campo para impedir que el Madrid estuviera cómodo, circunstancia que ha obligado al cuadro de Ancelotti a buscar el balón largo para los delanteros.

Alex Fernández, titular por segunda vez esta temporada, ha sido el jugador más activo en el Espanyol. Ha templado el juego, ha dado continuidad a la circulación de balón situado entre las líneas madridistas, exageradamente separadas entre sí. Torje, tirado a la banda derecha, ha sido un martirio para Di María y Marcelo, incapaces de poner freno a sus internadas, y Córdoba ha exigido siempre ha vigilancia atenta de Ramos y Pepe.

Tras unos primeros minutos de tanteo, el Espanyol ha perdido fuelle y el Madrid ha comenzado a monopolizar el balón jugando en campo contrario y exigiendo las intervenciones de Casilla, alguna de ellas muy poco ortodoxas, en los remates de Ronaldo. Modric, de menos a más, ha empezado a monopolizar el balón y a hacer jugar a su equipo. Alrededor del croata, dueño y señor del partido, se han comenzado a activar sus compañeros, especialmente Di María, Benzema y Cristiano. Modric, que además se hartado de recuperar balones es, sin duda, el mejor hombre de los blancos en este tramo de la temporada. Sin noticias de Gareth Bale, impreciso y sin enterarse nunca de qué iba la película.

La segunda mitad ha mantenido el mismo guión y el Madrid no ha tardado en adelantarse en el marcador. Pepe, en el segundo palo, ha rematado a gol un gran centro de Modric en una jugada de estrategia (m. 55). A partir de ahí, el Madrid ha buscado con ahínco sentenciar el partido pero se ha topado con un inspiradísimo Casilla y Cristiano, muy desquiciado, ha fallado como no suele y se marcha con sabor agridulce a la gala del Balón de Oro, que se entregará este lunes en Zúrich.

El Espanyol, que chutó una sola vez entre los tres palos, se ha animado en los últimos minutos y lo ha intentado con fe hasta el final pero le ha faltado fútbol para poner en serios aprietos a un Madrid que encara la segunda vuelta con la moral alta a pesar de su irregular juego.