El Real Zaragoza buscará esta tarde en El Madrigal su primer triunfo fuera en la Liga. En sus dos anteriores desplazamientos, anestesió a las moscas en Málaga y cayó en el Camp Nou frente a un Bar§a estratosférico. Hoy se enfrentará a un rival intermedio que no sabe lo que es ganar todavía y que vive enganchado al empate y a la ansiedad, situación que conoce bien el conjunto aragonés y de la intentará huir. La mayoría de sus compromisos los ha resuelto a su favor con un angustia perjudicial para la salud de su afición, sin ir más lejos el reciente encuentro de la Copa de la UEFA en Olomouc. Víctor volvió a doctorarse en suspense frente a los checos con un sistema de rotaciones de muy dudosa rentabilidad. En todos los casos en los que ha dado entrada de principio a jugadores no titulares, se ha visto obligado a rectificar. Entre el técnico y sus futbolistas han ofrecido recitales de cómo remontar, y esas heroicidades forzadas ante tenido componentes tan bellos como arriesgados. Una veces los defensas y otras los delanteros han reparado lo que parecía un destrozo.

En El Madrigal, el entrenador aragonés volverá al formato más razonable: Zapater, Javi Moreno y Galletti regresarán al once por Soriano --estupendo en Europa-- Drulic --un desastre en cualquier lugar del mapa-- y Cani, melancólico tan pegado a la banda. Quien no estará es Gaby Milito. El Mariscal se lesionó en Olomouc y no llegará a tiempo para esta cita. Su baja será cubierta de nuevo por Toledo y el lateral izquierdo será para Aranzabal. Según como están los tiempos defensivos --ayer además Alvaro se quejó de unas molestias a la altura de la rótula y se le tuvo que aplicar hielo--, la ausencia del argentino, añadidas a las anteriores de Láinez y Cuartero, dibujan una delgada y no muy fiable línea de contención.

EL CONTRASTE Los goles están llegando desde todos los puntos, y ese desajuste atrás está siendo edulcorado por la eficaz respuesta atacante de Javi Moreno, Villa y Savio. Pese a caminar por ese espinoso alambre, el Real Zaragoza contempla las distintas competiciones desde el ático, y esa felicidad de observarlo todo desde las alturas es en estos momentos su principal valor para superar cualquier adversidad sea del tamaño que sea.

Frente al Villarreal, un equipo del que se esperaban excelentes noticias y que ahora está más cerca de la sección de esquelas que de la primera plana, el conjunto de Víctor tiene la gran oportunidad de sumar tres puntos más. Lo puede hacer y está sobradamente preparado para un encuentro que se antoja muy complicado por la necesidad de los locales de un triunfo que reduzca sus tensiones. Sabe sufrir, sabe ir por detrás del marcador y sabe cómo remontar desde el mismo infierno. El ser maestros del suspense tiene sus ventajas, aunque sería mejor jugar en ventaja.