Nada más terminar la pasada temporada, calamitosa deportivamente, el Real Zaragoza intentó poco a poco voltear el signo depresivo de los tiempos lanzando mensajes públicos. Una de las primeras medidas que el club anunció fue la renovación de Lasure y Delmás y que ambos, junto a Zalaya, formarían parte del primer equipo en la temporada 2017-2018. Para la escenificación del momento se hicieron una foto icónica en La Romareda. Los tres se unieron a Pombo, que ya había dado el salto en la campaña recién finalizada, y a Zapater, canterano entre canteranos y mascarón de proa del proyecto. En la pretemporada, Guti le entró por los ojos a Natxo González y se reunió con ellos. Zalaya se descabalgó.

La presencia de la Ciudad Deportiva en el primer equipo en el curso actual ha sido significativa desde el verano pero su peso específico ha ido creciendo conforme el frío iba entrando y los resultados se quedaban congelados. Entraron, salieron, todos tuvieron sus partidos hasta que Natxo se echó en sus brazos en su peor momento, a la vuelta de Navidad. Titularidad para Lasure, Delmás, Guti y Pombo. Pronto Zapater recuperó el sitio y Julián lo perdió. Aragoneses, zaragocistas ayer, hoy y siempre y magníficos productos de la tierra que han levantado a este equipo con su fútbol, su espíritu y su fuerza emocional.