El Espanyol más ilusionante de los últimos tiempos se prepara para la prueba del algodón. Después de sumar 7 puntos de 12 posibles y levantar el ánimo de una afición acostumbrada a sufrir más de la cuenta llega la visita al Bernabéu. El examen más difícil se adelanta este curso a septiembre. ¿Será capaz el bloque catalán de acabar con una maldición que perdura desde el siglo pasado? ¿Vencerá en Madrid tras 22 años?

No hay campo en Primera que se le resista tanto al Espanyol como el merengue. Los pericos no vencen allí desde el 21 de abril de 1996. Entonces, el conjunto de José Antonio Camacho tumbó al Madrid de Arsenio Iglesias (1-2), un potente equipo con astros como Raúl, Laudrup y Hierro, pero también más terrenal que el bloque actual. El once lo completaban hombres como Fernando Sanz, Miquel Soler o García Calvo. Un equipo excelente que también derrotó al Madrid en Sarrià (3-1) y en la Copa del Rey (4-1). Ese Espanyol de Camacho acabó cuarto en la Liga, la misma posición que ocupa actualmente el bloque de Rubi. El Madrid, en cambio, fue sexto, a cuatro puntos de los blanquiazules, una situación impensable en la actualidad. «Recuerdo perfectamente aquel partido. No todos los días se marcan dos goles en ese estadio y encima en tres minutos. Fue un año especial, distinto, extraño. Le metí seis tantos al Madrid aquella temporada», recordaba Jordi Lardín en EL PERIÓDICO, que fue despedido el pasado abril como director deportivo blanquiazul. La mala racha del equipo y las pésimas sensaciones se llevaron por delante a Quique Sánchez Flores y al exjugador perico, el hombre que comandó el último triunfo en el Bernabéu. Abrió el marcador, Raúl puso las tablas y el manresano certificó una histórica victoria. «El Madrid de 1996 pasaba por problemas y nuestro Espanyol tenía el sello de Camacho. Éramos muy competitivos», valoró el exjugador, que se fue en 1997 al Atlético de Jesús Gil a cambio de 1.500 millones.

La última visita acabó 2-0, ambos de Isco. El Espanyol apenas miró a puerta. Con Rubi se espera más atrevimiento. «Podemos vencer a cualquiera, también al Madrid. Tenemos capacidad para jugar bien, competir y tumbar a equipos grandes. ¿Cómo hacerlo? Es algo complejo y se han de dar muchos factores positivos», reflexionó Granero, feliz por la mentalidad que ha inculcado Rubi al equipo. «No cambiaremos el estilo. Tenemos un nivel alto de confianza y eso es bueno para nosotros».

Mestalla, donde no ganan los pericos desde el 2007 (1-2, con Valverde en el banquillo), es el siguiente estadio maldito. El Camp Nou se les resiste desde el 2009 (1-2, con Pochettino). En el Calderón, en cambio, vencieron en su última visita (0-2).