Un total de 72 tenistas que deben participar en el Abierto de Australia se encuentran en cuarentena y aislados en sus habitaciones en Melbourne después de que en tres de los 17 vuelos chárter programados para viajar desde desde Los Ángeles, Dubái y Doha se detectara positivos de Covid a cinco pasajeros.

Todos los jugadores, sus entrenadores y las 256 personas que viajaban en esos vuelos han sido confinados en los tres hoteles previstos por la organización del primer Grand Slam del año y se les ha prohibido cualquier contacto durante los 14 días de cuarentena que deberán pasar en la burbuja preparada en Melbourne para recibir a más de 1.200 personas acreditadas para el Abierto de Australia que comenzará el 8 de febrero.

Varios de los tenistas afectados por esta medida tan estricta se han mostrado molestos por una situación que les impedirá disponer de las cinco horas diarias de entrenamiento en las instalaciones de Melbourne Park, como al resto de jugadores. Muchos de los afectados han expuesto sus críticas en las redes sociales y han publicado vídeos dónde se les veía entrenar en sus habitaciones.

Carta del número 1

Novak Djokovic, quien viajó a Adelaida en un vuelo en el que no se ha identificado ningún caso y por lo tanto está autorizado para entrenar, envió el domingo una carta de queja a los organizadores del torneo en el que pedía la igualdad en el trato para los entrenamientos si los afectados daban negativo en los PCR que diariamente se les hace a todos.

El primer ministro del estado de Victoria, Daniel Andrews, rechazó la petición del número 1 mundial, afirmando que las autoridades no revertirán las medidas implementadas. "No habrá un tratamiento especial aquí. El virus no trata a nadie de manera especial y, por lo tanto, nosotros tampoco", dijo.

Una de las quejas que se ha viralizado estos días ha sido la de la tenista kazaja Yulia Putintseva, quien publicó el sábado por la noche un vídeo de un ratón dentro de su habitación en donde cumple la cuarentena, así como entrenando peloteando contra la puerta del armario de su habitación.

"Aquí voy a pasar mis 14 días de cuarentena solo", ha dicho en Instagram el tenista español Carlos Alcaraz al mostrar en un vídeo en su habitación. Como él, su entrenador Juan Carlos Ferrero también está en la misma situación, al igual que el también jugador Mario Vilella y la tenista catalana Paula Badosa."Movimiento egoista"

La carta de Djokovic, que se encuentra en una burbuja exclusiva en Adelaida junto a su equipo y familiares, junto a Rafael Nadal, Dominic Thiem y las tenistas Simona Halep, Naomi Osaka y Serena Williams, con la excusa de jugar una exhibición el dia 29 de enero, ha sido criticada por el tenista australiano Sam Groth en un artículo en el diario 'The Herald Sun' donde señala su petición como "un movimiento egoísta para ganar popularidad entre los tenistas".

Djokovic fundó este verano la asociación de jugadores (PPTA) en la que se comprometía a defender los intereses de todos por igual. Muchos de ellos se han sorprendido de que el tenista serbio no esté en la burbuja de Melbourne como el resto.

"¿Habla en serio?", se pregunta Groth que recuerdas las críticas que Djokovic ya recibió cuando organizó el Adria Tour este verano en Serbia en el que varios jugadores, incluido él, dieron positivo de covid-19.

."Sugerir que los jugadores deberían tener una cuarentena más corta no solo es ridículo, sino que es un insulto para los australianos que han tenido que soportarlo", escribe el tenista australiano. "¿Qué pensó que pasaría? ¿Qué Dan Andrews (el primer ministro de Victoria) diría 'seguro Novak lo que quieras'?".

909 muertes

La llegada de los tenistas y la burbuja montada en Melbourne que los jugadores ya han provocado muchas reacciones en Australia, y algunos se preguntan por qué más de mil jugadores y su séquito han podido volar para participar en los torneos previstos en febrero mientras decenas de miles de australianos permanecen varados en extranjero. El gobierno australiano cerró sus fronteras internacionales en marzo y limita el número de sus ciudadanos autorizados a ingresar al país cada semana.

Australia ha informado de un total de más de 28.600 infecciones por coronavirus y unas 909 muertes desde que comenzó la pandemia, con cierres de fronteras y sistemas de seguimiento rápidos que ayudan a mantener las cifras relativamente bajas.