La presentación de Éric Abidal como nuevo secretario técnico del Barcelona, celebrada ayer en la Ciutat Esportiva Joan Gamper, suponía la primera comparecencia de los máximos responsables del área deportiva del club catalán después de la grotesca resolución del serial protagonizado por Antoine Griezmann. Y pese a que el fichaje frustrado del delantero francés y las posibles alternativas de mercado que se abren tras su negativa a vestir de azulgrana parecen asuntos relevantes en la planificación deportiva de la próxima temporada, el vicepresidente Jordi Mestre se negó reiteradamente a responder preguntas sobre la cuestión, alegando que ese no era el objeto de la convocatoria y que hablar sobre el affaire Griezmann era «una falta de respeto» a Abidal. En cualquier caso, Mestre empezó su comparecencia… hablando de Griezmann.

«Respetamos la decisión de cualquier jugador a la hora de decidir su futuro. Queremos jugadores comprometidos y decididos a triunfar en el equipo por encima de cualquier circunstancia». Así empezaba el comunicado leído por Mestre con el que el Barça pretendía fijar su posición oficial respecto a la operación fallida y al modo en que Griezmann anunció su decisión de quedarse en el Atlético, en un documental producido por Piqué y jaleado en las redes sociales por Samuel Umtiti.

A este último asunto estuvo precisamente dedicado el segundo párrafo del comunicado. El más enjundioso. «Nos sabe mal que los socios y aficionados hayan podido sentirse desilusionados por lo sucedido y por las formas en que se ha producido el desenlace. El presidente (Josep Maria Bartomeu) ha hablado con Piqué para decirle que su presencia en la escenificación de la decisión final ha provocado sorpresa y malestar en el club y entre muchos barcelonistas». Mestre añadió que la directiva «hablará internamente» con Piqué y Umtiti cuando estos vuelvan a Barcelona tras su participación en el Mundial de Rusia.