Benito Floro se convirtió ayer en el primer entrenador de Primera División destituido en la presente temporada, después de que el Mallorca le comunicara que ya no cuenta con sus servicios tras la última derrota del equipo, el domingo en San Sebastián (2-1), que dejó al Mallorca en penúltima posición. Floro tampoco acabó la pasada campaña en el mismo banquillo en el que empezó puesto que se marchó del Villarreal a mitad de la temporada por problemas con algunos de los jugadores.

Floro, nacido en Gijón el 2 de junio de 1952, comenzó su carrera como entrenador en varios equipos modestos como el Silla o el Torrente, en Preferente y Tercera División. Adquirió cierta fama tras tomar las riendas del Albacete en la temporada 1988-89, con el que inició su trabajo en Segunda División B. En dos campañas, le ascendió a Segunda División y en la Liga 1990-91 a la Primera División por primera vez en la historia del club manchego. Bajo su mando, el queso mecánico se convirtió en la revelación de Primera al terminar en séptima posición.

Posteriormente fichó por el Real Madrid, con el que ganó la última Copa blanca, en 1993, pero fue destituido en su segunda temporada. Más tarde volvió al Albacete, en el que no pudo repetir sus éxitos iniciales, y después fichó por el Sporting, con el que tampoco pudo destacar. Villarreal y Mallorca han sido sus últimos destinos.