El Real Mallorca, próximo rival del Zaragoza en Liga, quebró la dinámica de derrotas (cuatro seguidas en el último mes) ante el Racing de Santander, pero no pudo pasar del empate en un partido trabado en la primera parte, y con los dos goles marcados por Colsa y Regueiro en la reanudación. El primer periodo se convirtió en todo un tratado de intenciones entre baleares y cántabros, que plantearon un partido tosco, hermético, con muchos hombres en la zona ancha y sin espacios para los delanteros.

Por ese motivo, las oportunidades de gol fueron escasísimas: dos tuvieron los jugadores de Lucas Alcaraz (un cabezazo de Mora y un remate flojo de Matabuena), y una los de Luis Aragonés (el remate al travesaño de Colsa). El resto fue mucha pierna y brusquedad. Seis jugadores, tres por cada equipo, vieron la tarjeta amarilla. Por ello, entre el frío reinante en Son Moix y el criterio futbolístico brillando por su ausencia, los espectadores tuvieron pocos motivos para disfrutar.

El gol de Colsa cambió los planes y la estrategia de los cántabros. Apenas iniciada la segunda parte, el Mallorca se puso en ventaja, obligando a su rival a llevar la iniciativa, creando con ello los ansiados espacios libres. Fueron los mejores momentos de los isleños que, sin embargo, no fueron coronados con el segundo gol. Tras el gol del empate, los locales buscaron el tanto de la victoria, que no pudo llegar ante un Racing que se cerró bien atrás y que supo aguantar un empate que le permite sumar cinco partidos consecutivos sin conocer la derrota.