Milagros, si existen, hay pocos y parece que Zaragoza ya los ha agotado todos por este año. El Mann Filter comprobó toda su mortalidad y guardó en el baúl de los imposibles su efímero espejismo de tumbar al Ros Casares. Las valencianas destrozaron por la vía rápida las ilusiones de las aragonesas y con un triunfo demoledor en el Príncipe Felipe finiquitaron sin grandes apuros su pase a las semifinales y certificaron la eliminación del Mann Filter. El cuadro de Alex Cebrián, como era previsible, puso fin a una temporada de claro tono decepcionante y en la que se ha bajado el listón tras dos cursos alcanzando las semifinales de la Liga Femenina.

Y es que es muy complicado remodelar un equipo y convertirlo de la noche a la mañana en un conjunto ganador cuando durante toda la temporada no lo ha sido. O por lo menos no tanto como para sorprender a un Ros Casares que marcha a pleno gas hacia el título de Liga que le arrebató la temporada pasada el Barcelona. La opción de forzar un tercer partido y volver a Valencia, donde ya se perdió el primer duelo de una serie desigual, para buscar la sorpresa quedó rota ante la enorme superioridad del Ros y el desacierto ofensivo --acierto defensivo de su rival-- del Mann Filter (36% en tiros de dos y 16% en triples).

PARCIALES Las valencianas comenzaron embaladas y tras el 2-0 inicial anotaron un parcial de 0-11 que parecía encarrilar el partido, pero las locales no se rindieron y con dos triples consecutivos se quedaron a un solo punto de la igualada (10-11). El conjunto de Alex Cebrián todavía fue capaz de mantener la ilusión por hacer saltar la sorpresa en los primeros minutos del segundo cuarto, hasta que un parcial de 2-19, dejó visto para sentencia el choque.

A partir de ese momento el partido careció de historia y el Ros Casares se mostró como una máquina imparable que fue haciendo crecer la diferencia hasta casi alcanzar la barrera de los treinta puntos. En el último cuarto, Mingo Díaz apostó por dar minutos a todas sus jugadoras mientras en el banquillo local las jugadoras menos habituales se limitaban a ver el partido desde el banquillo y sus compañeras trataban de maquillar un resultado claramente adverso y sin paliativos.

La clara diferencia entre ambos conjuntos es visible en el apartado de rebotes, donde el Ros se mostró intratable con 54 capturas por 34 de las aragonesas. Si a eso se suma que Deanna Nolan no estuvo a la altura (sólo 9 puntos con 4/14 en tiro) hay poco que hacer.