Lo mismo que cuando un equipo es peor que su rival acaba por perder, en ocasiones lo mejor de un partido es el resultado. Ambas reflexiones se cumplieron ayer en el Príncipe Felipe. Porque, de un lado, el Cajacanarias se mostró indolente, y del otro, el Mann Filter sumó una importante victoria --la quinta-- para acariciar la disputa de la Copa sin excesivos brillos. El equipo aragonés parece ya acostumbrado a sostenerse en sus pívots: Tuukannen, omnipresente con 23 puntos y 12 rebotes; Rasmussen, peleona con 17 puntos y otra docena de rebotes; y Pascua, reina bajo el tablero con 18 rebotes y 12 puntos. En el mismo tono, Bermejo supo guiar silenciosamente a su equipo hasta el triunfo, a pesar del escandaloso porcentaje de triples --dos aciertos de 25 intentos--.

Tras el equilibrio que imperó en el primer cuarto (23-23), el Cajacanarias comenzó a desinflarse en el segundo periodo. El técnico aragonés, Alex Cebrián, hizo debutar a Ivey. La americana pedía la pelota en la dirección y demostró que tiene claro a qué ha venido. Sabe que de ella se esperan triples, aunque ayer los buscó sin suerte --uno de siete lanzamientos--. Un par de robos en defensa, la anticipación en los rebotes y mucha rapidez llevaron al Mann Filter al descanso con una importante ventaja (41-31) mientras el Cajacanarias no encontraba el aro, con un 25 % de acierto en tiros de campo.

El desatino prosiguió en una segunda parte horrorosa y aburrida. Los segundos se gastaban y nadie adivinaba cómo colar la pelota en la cesta contraria. Ocho interminables minutos estuvo el Cajacanarias sin anotar, mostrando una puntería vergonzosa. Las aragonesas, indulgentes, desperdiciaron una excelente oportunidad para aclarar el marcador a su favor, pero, para entonces, los latidos visitantes ya se sentían débilmente y parecían resignados a desaparecer. En el último tramo, el Mann Filter obtuvo su ventaja más destacada a falta de dos minutos (68-46) en busca de un resultado que acumulara puntos en su contador y, en el futuro, le sea útil para superar a sus rivales directos, aunque la relajación, lógica, disminuyó la diferencia final.