Aunque mantiene los pies en la tierra, el Mann Filter acarició ayer un trocito de cielo. Hizo realidad el sueño de todos los equipos de la Liga Femenina: ganar al Ros Casares. Lo consiguió por la mínima (72-71) y ante la ausencia de tres de las mejores jugadoras visitantes, pero después de un partido intenso, divertido, emocionante y ejemplo de buen baloncesto que coloca al equipo aragonés en la cuarta plaza de la clasificación, con tres victorias en las tres jornadas disputadas.

El partido no tuvo dueño. O mejor, tuvo dos. El comienzo arrollador del Ros parecía presagiar la aburrida historia de siempre, el triunfo del todopoderoso valenciano, que sorprendió con rapidez a las locales para endosarles un parcial de 0-9. Tras un oportuno tiempo muerto del técnico zaragozano, fue Bermejo, con una jugada individual extraordinaria, quien rompió el hielo en el marcador local pasados casi cinco minutos. Pascua, que acabó con 15 puntos, tenía problemas para frenar a Batkovic, y Tuukannen se mostraba algo despistada en el rebote defensivo. La suma de los factores llevó al Ros a alcanzar su mayor diferencia (4-15), momento escogido por Cebrián para introducir dos cambios en su quinteto inicial: Rasmussen y Royo. El joven entrenador aragonés sólo tenía una obsesión: "No les dejéis recibir", gritaba incansablemente a la vez que exigía presión en cada movimiento. Una inspirada y atrevida Pilar Valero recortaba diferencias a base de canastas, pero el Ros no concedía tregua y respondía con triples cada intento de acercamiento.

EMPIEZA LA REMONTADA Ambos equipos contaban con aciertos sus posesiones hasta los segundos finales del segundo cuarto, cuando el Mann Filter igualó por primera vez a su rival (39-39). A partir del descanso, la emoción cogió de la mano al partido. El conjunto zaragozano se estrenaba en liderar el marcador, pero su rival lo vigilaba atentamente sin permitir su escapatoria. El Ros echaba de menos a Amaya Valdemoro, menos competitiva con media pierna derecha vendada y sin ocultar gestos de dolor.

Dos triples consecutivos, de Rasmussen y Pascua, inauguraban el último periodo y la mayor ventaja a favor del Mann Filter (61-54). Sin embargo, una posesión desaprovechada y varias jugadas de tres puntos neutralizaron la diferencia. A falta de un minuto y medio, con todo por decidir, Navarrete y Valero probaron buena suerte desde la línea de 6´25 después de que Valdemoro se quejara airadamente de que no le concedieran como triple un tiro de dos. Con 70-72 y menos de 20 segundos de posesión, Batkovic falló su segundo tiro libre y, en el último suspiro, evitó una prórroga con la que, antes de comenzar el encuentro, el Mann Filter siquiera habría soñado.