Manolo Jiménez presentó una demanda contra el Real Zaragoza por impago. Ni el entrenador, que ahora dirige al Al Rayyan de Qatar, ni su representante, Carlos Bucero, quisieron confirmar este extremo ayer, mientras que otras fuentes ratificaron la existencia de esta demanda por impago y en la que también estarían incluidos los ayudantes del entrenador en su etapa zaragocista. Desde el club se admitió también esa demanda, se aseguró que ayer mismo se le depositó el dinero que se le adeudaba al entrenador y que por ello sus representantes legales se comprometieron a retirarla en los próximos días.

La situación sería idéntica que en el caso de Romaric en sus inicios. El juzgado estableció un calendario de pagos que el Zaragoza se saltó o en el que se retrasó. El club reconoce que hubo un problema de tesorería en octubre y que no pudo atender las obligaciones pactadas con el exentrenador zaragocista y su cuerpo técnico. Sin embargo, se afirma que con el dinero depositado se ha puesto al día en el pago a Jiménez.

El entrenador abandonó el Zaragoza a mediados de junio, solo 15 días después de consumarse el descenso a Segunda. Jiménez, cuya ficha en el club aragonés rondaba los 1,3 millones de euros, tenía todavía otra temporada más de contrato, la actual, y otra opcional, pero al finalizar el curso pasado había una cláusula de desenganche por ambas partes. El de Arahal aceptó una rebaja de la cantidad fijada para desvincularse del Real Zaragoza y que era de unos 650.000 euros. La cifra que pactó el preparador sevillano podría estar entre los 250.000 y los 300.000 euros, mientras que con el entrenador, en ese calendario de pagos, también se incluían cantidades de la temporada pasada.

Desde el entorno del entrenador se afirma que se le han dado y se le dan todas las facilidades de pago al club y que también se han perdonado algunas cantidades, además de mostrar un cierto malestar con la actitud de Agapito Iglesias, ya que la negociación para su salida del Zaragoza la establecieron el máximo accionista y el agente del técnico, puesto que Pitarch ni había llegado a la dirección general.