Manuel Ruiz de Lopera (Sevilla, 60 años), presidente del Betis desde 1992, se siente cada vez más acosado. Por la oposición y, sobre todo, por la Audiencia de Sevilla, que ha confirmado el procesamiento abierto en el 2000 por presunto delito fiscal de unos 10 millones de euros durante los ejercicios comprendidos entre 1995 y 1998.

En un momento tan crítico, Lopera reaccionó el pasado viernes con virulencia, descalificando al grupo opositor liderado por Miguel Espina y Hugo Galera en la crispada junta general de accionistas del club. El presidente arremetió contra los notables , que lo pasaron mal ante los gritos e insultos de una buena parte de la sala. A Lopera, al jefe , le aprobaron las cuentas. Sus cuentas. El beneficio presentado de la pasada temporada fue de 124.000 euros y el presupuesto de la actual asciende a 28 millones de euros (unos 4.660 millones de pesetas). También fue ratificado su sobrino Javier Páez Ruiz de Lopera como consejero.

Lopera, que se hizo rico como prestamista, envió entonces un mensaje muy subliminal. "Ojito, si acaban con Lopera, acaban con el Betis", dijo el propietario del club, una persona muy religiosa que nunca ha tolerado la más mínima crítica a su gestión y que hace un año también proclamó: "El Betis soy yo". Su poder, sin embargo, presenta algunas grietas desde de que la Sección Séptima de la Audiencia confirmara el auto de procedimiento dictado por el juzgado de instrucción número 17 de Sevilla.

Otros imputados

Junto a Lopera, también están imputados el vicepresidente Angel Martín Vega y la exadministradora María Teresa González, en una causa abierta en noviembre del 2000 a instancias de la Agencia Tributaria. Esta imputó a los directivos del Betis de irregularidades en la declaración fiscal de los derechos federativos de Nadj, la prima con el CSKA Moscú, las obras de ampliación del campo, los servicios prestados por Euroeiski Sport, el salario de Denilson y las entradas para la final de la Copa del Rey de 1997 contra el Bar§a.

La gestión de Lopera está bajo sospecha, aunque la defensa sostiene que las acusaciones de la Agencia Tributaria se basan en "intuiciones" y en distintos criterios fiscales. Los abogados del club argumentaron que el dirigente no ocultó ningún dato a Hacienda, ni llevó doble contabilidad, ni manejó dinero negro.

La oposición sigue acusando a Lopera de desviar dinero del Betis a sus empresas. Los jugadores se han posicionado a favor del dirigente. "Dejen tranquilo al presidente", pidió Joaquín. Muchas cosas han cambiado desde noviembre del 2001, desde que Lopera disolvió la juerga de Halloween en casa de Benjamín, en la que participaron varios futbolistas y algunas señoritas.