En la cesta del pelotón profesional de ciclistas hay manzanas podridas. A veces, sólo basta con mirarles a la cara para intuir qué corredor se dopa y cuál no. Estos días hay una frase que recorre todos los ámbitos ciclistas. Corresponde, precisamente, a Jesús Manzano, el protagonista, el ya exdeportista, que ha reventado la caja de los truenos. La pronunció ante varios compañeros la pasada temporada: "Yo voy con el Nuevo Testamento y vosotros con el viejo".

El dopaje está globalizado. Hay mafias repartidas por varios países. Y España no es la excepción. Incluso, según varios expertos consultados durante la semana pasada, algunos de los especialistas en técnicas de dopaje pasan consulta en ciudades españolas. Una de las verdades que ha dicho el polémico corredor en su testimonio al diario As , por el que ha percibido 9.000 euros (1,5 millones de pesetas), afecta a un médico (y no es Eufemiano Fuente) que vive junto al Mediterráneo.

Este médico, del que no hay suficientes pruebas documentales para escribir su nombre, lleva a un puñado de ciclistas aficionados que, al no percibir sueldos en su equipo, deben pedir créditos bancarios para afrontar su minuta. El pasado miércoles, el mismo día en que empezó el serial de Manzano, este periodista recibió un e-mail en su correo. "Conozco al médico del que habla Manzano (cita su nombre). Mi hermano era cliente suyo. El lavabo de mi casa, el día antes de una carrera, parecía una consulta".

Este diario ha podido saber que pocos días antes de iniciarse el relato, el corredor llamó a tres excompañeros a los que ofrecía llamémosle material . Los tres le colgaron el teléfono tras enviarle a paseo. Y uno de ellos, el que ha explicado los hechos, alargó la conversación al sospechar que era o iba a ser grabado. ¿Montaje?

"Yo no había oído ni hablar de todo lo que dice. Hay cosas que me suenan a chino e inimaginables para mí", indicó un corredor español que compite con un conjunto extranjero. No todos los equipos son iguales. Hay directores que han dado órdenes tajantes a sus médicos para que rechacen hasta los productos sospechosos. Hay buenas personas y ciclistas nobles. Esta es la realidad.