Diego Maradona debutó con una derrota como entrenador de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Racing Club se impuso 1-2 en un estadio que no dejó de corear el nombre del astro como si en la repetición del grito se hubiera encontrado la fórmula de una dicha imposible. El partido en cierto sentido fue un hecho lateral al espectáculo que protagonizó desde el banco de suplentes "el Diego de la gente".

Maradona pidió jugar en la vieja cancha de los "triperos" en La Plata, la capital de la provincia argentina de Buenos Aires. Prefirió las tribunas de madera y el calor humano a las estructuras modernas del Estadio Único. Que los hinchas y los jugadores estén más cerca porque unos y otros tienen un mismo objetivo, salvar los honores y la categoría en peligro. "Buscamos arrancarle una sonrisa a la gente", dijo el excapitán del seleccionado antes de que comenzara a rodar el balón.

ETERNIZAR LA IMAGEN

Maradona pisó el césped con dificultad y respondió con las manos alzadas a la primera ovación. Saludó a los cuatro costados y se fue a ocupar su lugar, el del entrenador. Pero cuando los jugadores iban a tomarse la fotografía de ocasión, uno de ellos le pidió a su nuevo míster que se reuniera para eternizar la imagen. El campeón del mundo 1986 accedió sonriente. Luego se abrazó con su colega de Racing, Eduardo Coudet. "Es la primera vez que voy a cruzarlo como DT, lamentablemente antes nunca el fútbol nos había reunido. Es la admiración que tenemos todos los argentinos por él, pero nosotros queremos ganar", había dicho antes de fundirse en un abrazo con el rival e ídolo. Maradona dirigió Racing en 1995, dos años antes de retirarse como jugador. Apenas duró 15 partidos.

Maradona, en el banquillo. / AFP

Ante cada jugada, las cámaras de televisión buscaban al entrenador de Gimnasia. Cuando Racing se puso en ventaja, mostraron su rostro desencajado. "No es justo", repitió. La segunda etapa le dio una efímera felicidad con el empate de García. "Ahora sí", festejó Diego con los puños cerrados. Pero un minuto más tarde, Racing volvía a estar en ventaja y el míster se tomaba la cabeza desconsolado. Sobre el final García se perdió la paridad.

El entrenador alzó la vista al cielo pidiendo explicaciones. Y ahí todo terminó. "Estuvimos cerca sobre el final. Racing llegó dos veces e hizo dos goles. Fue práctico. Los muchachos estuvieron bien, hay que seguir trabajando, esto no se termina acá", dijo Maradona apenas terminó un partido que lo tuvo como coprotagonista. Siempre fiel a sí mismo. Como dijo el diario La Nación: "Diego aporta magia, no sistema".