Hace unos días, en una entrevista a la revista Motorcycle News, el antiguo campeón de 500cc, Kevin Schwantz, un auténtico equilibrista sobre su Suzuki, anunció que "cuando Marc Márquez, que no ha hecho pretemporada, que se ha roto el peroné derecho por dos sitios, que ha logrado la pole y la victoria en los dos primeros grandes premios de este año, esté en forma y recuperado, la cosa va a ponerse aún peor para todos sus rivales".

Márquez, que en el primer entrenamiento de ayer en el nuevo circuito de Termas de Río Hondo (Argentina), terminó en el puesto 14° después de múltiples pruebas y, sobre todo, de no coger riesgos en una pista muy sucia, concluyó la jornada con el mejor tiempo y relegando a todos sus adversarios, empezando por su compañero de marca, a más de un segundo. A algunos, incluso, por ejemplo, a los dos pilotos oficiales de Yamaha, Rossi y Lorenzo, a dos segundos.

"Si yo fuera Pedrosa o Lorenzo", siguió explicando Schwantz, "trataría de ser duro con Marc en cada sesión de entrenamiento, frenaría por el interior y hasta lo sacaría fuera de la pista. Trataría de entrar en su cabeza. Ahora mismo nadie está en la cabeza de Marc, nadie. Cuando coja más confianza y forma, les va a patear el culo a todos. Se le ve tan cómodo y confiado sobre la moto, que está disfrutando de lo lindo. Siempre rueda al límite. Nunca he visto nada igual, nunca", sentenció el piloto de Texas, campeón de 500cc en el 93.

Márquez, como el resto de pilotos, se tomó con paciencia y cautela los primeros entrenamientos de ayer y solo en la segunda sesión, tras conocer el circuito y memorizarlo, apretó de firme. Tanto que bajó su tiempo en casi seis segundos. Lorenzo (Yamaha), el mejor por la mañana, había parado el crono en 1.42.804 minutos. El mejor tiempo de Márquez fue 1.39.313.