El heptacampeón Marc Márquez (Honda) se dispone a afrontar hoy, en Motorland, su gran premio número 200 y espera conseguir la primera pelota de partido para optar dentro de un par de semanas en Buriram (Tailandia) a su octavo título mundial de motociclismo con solo 26 años. De lograrlo, estaría a un solo título de igualar la gesta del italiano Valentino Rossi (Yamaha), un auténtico mito, con nueve cetros. Pero, eso sí, lo haría con 14 años menos que el ‘Doctor’.

Para que las cosas salgan lo mejor posible, para que Márquez tenga posibilidades de conseguir siete puntos más que el subcampeón italiano Andrea Dovizioso (Ducati) y presentarse así con 100 puntos de ventaja en Tailandia (donde se proclamaría, de nuevo, campeón con solo quedar por delante de Dovi), Márquez hizo una de las mejores vueltas de su vida para conseguir su pole número 89 de su carrera, es decir, récord absoluto en la historia del Mundial y liderar por novena vez en 14 carreras la parrilla de salida.

Desde que llegó el jueves a Motorland, Márquez ha liderado todos los entrenamientos (lleva 28 de 68, es decir, ha liderado el 41% de los ensayos de esta temporada) y, a los diez minutos de empezar los entrenamientos del viernes, ya había logrado un tiempo que hizo proclamar a los 2.000 habitantes del paddock que «no era necesario, no». Porque Márquez está en una forma que, incluso, le impide minusvalorar sus posibilidades de éxito tanto hoy (13.00, DAZN) como en Tailandia.

«Sí, si todo se cuadra, debería poder aprovechar mi ritmo, que es algo mejor que el que tienen mis rivales, por eso era vital liderar la parrilla, por eso será importante no fallar en el arranque y por eso será, fundamental, imprimir una alta velocidad en los 10 primeros giros que es cuando la Yamaha, con depósito lleno y neumáticos nuevos, va mejor. Y, entonces, ahí estarán Fabio (Quartararo, segundo en la parrilla), Maverick (Viñales, tercero) y ‘Vale’ (Rossi, cuarto)», señalaba ayer el heptacampeón, convencido de que «tengo el título a tiro y solo lo puedo perder yo».

SIN RIVALES

Márquez ya ni siquiera habla de su principal adversario, Andrea Dovizioso, segundo del Mundial, a 93 puntos (sí, el dorsal, el número preferido de Márquez) del campeón catalán. «Parece que Dovi está sufriendo aquí. Veo que sale desde la cuarta fila pero, como ocurre con Vale, Dovi se crece el domingo y es más un piloto de carrera que de entrenamientos», comentó Márquez, que, dada su gran ventaja y, sobre todo, el hecho de que aún restan seis grandes premios (150 puntos) «he decidido no estar pendiente de nadie más que de mí, de mi pilotaje y de cerrar este título cuanto antes para, a continuación, seguir peleando por los cetros de constructores y escuderías, que también son muy importantes».

Márquez, que continúa provocando una lluvia de elogios por su determinación en cada ensayo y carrera, cree que las primeras vueltas de la carrera de hoy «serán vitales». Y, sí, espera escaparse, por algo es medio segundo más veloz por vuelta que sus compañeros de parrilla.

Mientras, Jorge Lorenzo (Honda) señaló a las lesiones y, muy especialmente, al cambio de moto que Honda ha hecho del 2018 al 2019, como motivos por los que vive en una crisis permanente. Lorenzo, de 32 años, ganador de 68 grandes premios, uno de los más grandes vencedores de carreras de la historia del Mundial, arrancará hoy desde la penúltima fila de la parrilla de salida, al acabar 19º en los entrenamientos. El pentacampeón mallorquín lo achaca a las lesiones y, últimamente, ha decidido criticar a Honda. «Esta moto va contra mi pilotaje. Los circuitos tienen, a lo sumo, dos rectas y 10 o 15 curvas y esta moto no se puede meter en las curvas como quiero, por lo que me resulta imposible estar con los mejores».