--Cierra la etapa más larga de su carrera deportiva, nueve años en el Balonmano Aragón.

--Llegué como jugador y he acabado como entrenador, pasos que vas dando en tu carrera. He estado muy a gusto, disfruté mucho de mis últimos años como profesional en la pista y luego tuve la oportunidad de seguir vinculado.

--¿Con qué se queda?

--Considero al BM Aragón como mi club y con el paso del tiempo te quedas con lo positivo. Lo más reciente ahora es que nos vamos con mal sabor de boca por la incertidumbre. Las familias, los jugadores que tienen hijos, han vivido situaciones muy duras estos últimos años, igual que mi mujer y mis hijos. Es una situación desagradable, lamentable y triste porque no te deja trabajar a gusto, la cabeza la tienes en otro lado.

--Los resultados no han sido tan malos estos años difíciles.

--Nos marcamos unos objetivos y más o menos los hemos ido cumpliendo año tras año y sí que estoy satisfecho del rendimiento que ha dado el equipo con las circunstancias que hemos tenido. Pero para mí ha sido un fracaso en todos los sentidos, en el tema institucional, como club, en el tema deportivo, porque no hemos cumplido lo previsto al inicio de la temporada aunque hemos perdido varios jugadores y eso varía los objetivos. Es cierto que hay que valorar el haber sido un equipo con casi todo jugadores de Aragón y la experiencia de los veteranos, pero no estoy satisfecho con el cómputo general.

--¿Alguna vez había vivido un cambio tan grande, de media plantilla, a mitad de temporada?

--El equipo se tuvo que rehacer, pasamos a Amadeo del extremo al centro y ha rendido al máximo. Es un ejemplo de lo que tiene que ser un capitán, un amigo, un compañero, estamos todos muy orgullosos de Amadeo como figura representativa de lo que ha sido este grupo, es el jugador que tengo como referente. Tengo pocos y Amadeo es uno de ellos.

--Los jugadores han disfrutado jugando al balonmano. ¿Y usted?

--También, también es gratificante ver que el equipo en esas circunstancias sigue entrenando a tope aunque la cabeza no te deje dar el 100%. El equipo ha disfrutado, se veía en la pista, incluso con problemas físicos como Asier y Deme lo han dado todo y más. Te queda esa satisfacción. Como entrenador es una experiencia increíble, ver que un equipo con unas carencias va progresando, especialmente los que tienen más margen.

--¿Esperaban los resultados de la segunda vuelta o peores?

--Me han sorprendido relativamente. El equipo acabó muy bien la primera vuelta y con esa proyección seguro que la segunda iba a ser muy buena, además teníamos mejor calendario. Al irse siete jugadores hubo que reestructurar el equipo y en ese sentido sí que estamos satisfechos.

--¿En estos cinco años ha conseguido que el equipo se parezca a lo que usted quería que fuera?

--Quizá el equipo de la temporada pasada, que fue en el que menos cambios hicimos. Al principio hubo más cambios, había también más extranjeros, sobre todo el primer año, que dificultó las cosas. El año pasado perdimos muy pocos partidos en casa e hicimos un buen balonmano y era un poco lo que quería el entrenador, aunque siempre se puede mejorar.

--¿Se va especialmente satisfecho de algo?

--Como entrenador tienes que tomar decisiones, algunas gustan más y otras menos, y siempre te puedes equivocar. Nunca se sabe si tomar otro camino te hubiera llevado a un sitio mejor. Seguro que me he equivocado pero lo importante es que lo he hecho con honestidad, con respeto hacia todo el mundo, he intentado hacer siempre lo mejor para el club. Me conformo con que, al menos, alguna de las cosas que he intentado enseñar las hayan aprendido. Y que la gente haya disfrutado con el balonmano que he intentado practicar.

--Por su mano han pasado dos zurdos que ahora son referentes, Maqueda y Dujshebaev.

--Son casualidades que a veces marcan al entrenador, pero yo he entrenado lo mismo a los zurdos que a los diestros. He intentado entrenar en todos los puestos y también han pasado grandes jugadores como Stankovic o Humet y no han seguido la misma progresión. Yo intento enseñar a todo el mundo y lo importante es lo que aprenden.

--¿Tiene alguna espina clavada?

--Sí, quizá en la portería me hubiera gustado aportar algo más. Con la incorporación de Julio Rodríguez buscábamos eso y es algo que necesito seguir aprendiendo. Y también me quedo con que desde hace tiempo se están marchando muchos jugadores, entrenadores, y no lo digo por mí, pero se han ido Valero, Talant, Cadenas, Pastor, Zupo... los mejores entrenadores de España y parece que no estamos haciendo nada por evitarlo. Han desaparecido clubs como Cantabria, San Antonio, Algeciras, Torrevieja, Arrate... y parece que nos preocupamos poco, desde el Consejo Superior de Deportes a los que dirigen, que son los que tienen que buscar compromisos para que, por ejemplo, un animal no tenga más derechos que un jugador de balonmano. El jugador español se siente desprotegido. Se prevé un futuro oscuro para el balonmano.

--Inicia una nueva etapa en Portugal. ¿Las mejores ofertas llegan desde el extranjero?

--Sí, no hace mucho éramos un país que traíamos muchos jugadores y ahora los españoles somos los emigrantes.

--¿Qué puede contar?

--Es un club en el que nunca juegas fuera porque hay gente apoyando al Benfica en todo el mundo. Me ha impresionado su grandeza, la ambición y la pasión con la que viven el deporte. El objetivo es conocernos e intentar aplicar mis conocimientos y experiencia para que el equipo sea competitivo y pelear por todos los títulos.