Carreras de 15 kilómetros a medianoche por un bosque, levantamiento de troncos de más de 25 kilos, cruzar ríos descalzo y entrenamientos con ropa mojada. Una preparación de marine más que de tenista. Dominic Thiem (Wienner Neustadt, 1993) se sometió a una dura preparación a los 17 años cuando su entrenador y mentor, Günter Bresnik, buscó la manera de potenciar su físico. En la pista, su mentalidad y su cualidad técnica ya estaban entre los mejores júniors de la época, siendo finalista de Roland Garros en el 2010.

Para ponerle a punto se encomendó a Sepp Resnik, un exoficial del ejército y también un súper atleta, destacado por su participación en los ironmans más exigentes del mundo. «La primera vez que le llevé al bosque me dijo que estaba muy oscuro. Le comenté que había corrido 60.000 kilómetros en este parque y que lo conocía de memoria, que empezara a correr», explicó Resnik en una entrevista a Tennis Frontier.

Debut con Muster

Resnik explicaba que cuando Thiem le gritaba «no puedo más», le decía que no se quejara y siguiera porque «si yo puedo hacerlo con 60 años, tú con 18 puedes hacer tres veces más». Así se construyó el carácter ganador del austriaco. Thiem debutó en el 2011 con una invitación en el torneo de Viena donde ganó a su compatriota Thomas Muster, exnúmero 1 mundial y campeón de Roland Garros en 1995, también conocido por su capacidad física y al que también entrenó Resnik.

Thiem, al que llaman Dominator en el circuito, relativiza esa época y, aunque admite esos entrenamientos, dice que no «fueron tan duros». El austriaco dejó de trabajar con Resnik hace cuatro años, pero su obsesión por el entrenamiento es máxima. A sus 23 años, el año pasado fue el jugador que más torneos disputó, logró 58 victorias (24 derrotas) y ganó cuatro títulos (Buenos Aires, Acapulco, Niza y Stuttgart), tras estrenar su palmarés el año anterior en Niza, Umag y Gastaad.

Este año ha ganado el torneo de Río de Janeiro y es, junto a Rafael Nadal el tenista que más victorias lleva sobre tierra (22). Clasificado en el séptimo puesto mundial, se encuentra en una progresión geométrica desde que en el 2014 entró en el top100.

Precaución para hoy

Su victoria ante Novak Djokovic en París, la primera de seis, le ha colocado en las semifinales de Roland Garros, para cruzarse hoy (no antes de las 15.30 horas) con el gran dictador de la tierra, el nueve veces campeón en París, que le espera en la Phlippe Chatrier para hacerle pasar un examen de doctorado.

«Va a ser el clásico de la tierra de esta temporada. Un partido bastante duro pero bonito, para disfrutar. Pero si hay algo dificil en París es ganar a Nadal en su pista», dijo Carlos Moyá ayer.

«Será complicado. Son los dos jugadores que más han ganado en tierra este año, el uno y el tres de la Race --clasificación del año-- y Thiem viene de ganar a Djokovic, no ha perdido un solo set...». apunta Toni Nadal, que tiene la experiencia de acompañar a su sobrino en París desde que ganó su primer título en el 2005.

«Es un ganador potencial de Roland Garros aunque si no lo aprovechas cuando puedes, nadie te espera al año que viene», decía. Tanto él como Nadal confían en retrasar la eclosión del joven austriaco.