A escasos días del comienzo del Mundial, el viernes en Qatar, Marc Márquez ya no se siente invencible. En el 2015, tras ganar el Mundial en sus dos primeros años en MotoGP, sí. Entonces «maduré y aprendí», dijo ayer a EFE que intenta «autocontrolarse» porque su ADN es el de «arriesgar». Para él, la derrota en aquella temporada fue «una lección» «Llegué tras ganar en 125, Moto2, el primer y segundo año en MotoGP... llegó el 2015 y me sentía invencible. Pensaba que no me podían ganar ni una carrera y al final me ganaron más de una carrera y me caí muchas veces. Ahí maduré y aprendí que no se puede ganar cada carrera, que lo importante es ganar el campeonato», agregó sobre el proceso de madurez sobre la moto.

Ahora utiliza más la calculadora que el corazón, pero reconoce que prefiere ganar porque su ADN «es el de dar el cien el por cien». «Si puedo ganar, por mínima opción que haya, lo voy a intentar. Lo que pasa es que en el 2015 intentaba vencer cuando no había opción. Un campeonato es muy largo y no es cada carrera a vida o muerte.

Para la consecución de sus éxitos también influye el apartado personal. Confiesa que nunca ha necesitado la ayuda de un psicólogo y que también es importante su buen humor general, aunque los momentos sean complicados: «Soy alegre, me gusta divertirme. Está claro que estaría mejor yendo en moto, porque me gusta más ir en moto, pero forma parte de tu trabajo y todo lo que hago lo intento hacer con la máxima alegría posible. Se tiene que disfrutar. Para qué vivir amargado. Ya habrá tiempo de llorar las penas», afirmó el campeón.

«He aprendido que a todo el mundo no le vas a gustar, y esto ha hecho que me olvide de la opinión de la gente, que está claro que es importante, pero hay que ser uno mismo. En lo personal soy así y difícilmente me van a cambiar. Y en lo deportivo no se me puede tachar de nada, porque siempre he dado el cien por cien», concluyó Márquez.