Los doctores Ángel Charte, máximo responsable del equipo médico del Mundial de motociclismo que vela por la salud de los pilotos, y Xavier Mir, el traumatólogo y cirujano preferido por Marc Márquez y compañía para operarles de sus lesiones y fracturas más habituales (hombro, clavícula, brazos, muñeca y dedos), siempre han defendido que los pilotos son los pacientes ideales: son jóvenes, tienen una constitución física increíble, no temen a nada, quieren curarse cuanto antes y, querer curarse, hace mucho y, además, desean volver a competir enseguida.

Eso significa, tanto para Charte como para Mir, que se pasan el día frenando a sus pacientes-atletas, cosa que, al parecer, están tratando de hacer, en estos momentos, en la última planta del Institut Dexeus Quirón con Márquez, el campeón del mundo de MotoGP, operado ayer con éxito, por los doctores Mir y Sergi Barrera, de la fractura que sufrió en el húmero de su brazo derecho.

EL NERVIO RADIAL, PERFECTO

Cuando Márquez, que esta misma mañana ha recibido el alta médica tras realizar 40 flexiones en su habitación, se despertó de la anestesia y se enteró que el nervio radial de su brazo derecho estaba intacto y no había sufrido daño alguno ("milagrosamente", dijo uno de los doctores), empezó a hablar de la posibilidad, descartada por completo ya el mismo domingo por la noche, en Jerez, de correr esta semana, en el mismo trazado andaluz, el Gran Premio de Andalucía, segunda prueba del Mundial de MotoGP. En principio, la idea sigue siendo regresar al campeonato la primera semana de agosto, en el tercer GP de la temporada, que se desarrollará en el popular circuito de Brno, en la República Checa.

Si Márquez, como se llegó a sospechar, a temer, la misma tarde-noche del domingo, cuando su brazo fue golpeado bruscamente por la rueda delantera de su Honda RC213V cuando ambos volaban hacia la escapatoria de arena de la curva 4 de Jerez, hubiese tenido dañado el nervio radial, el joven de Cervera (Lleida) hubiese dicho, definitivamente, adiós a esta temporada y, por tanto, a la posibilidad de defender su cetro mundial, pues hubiera necesitado varios meses de rehabilitación al tratarse de un nervio vital y una lesión muy seria.

EL PODERÍO DEL CAMPEÓN

El nervio radial es el que contribuye y ayuda a mover la muñeca, extender los dedos y, muy especialmente, permite al dedo pulgar agarrar objetos, hacer pinza; es decir, se trata de un nervio importantísimo para pilotar una moto de carreras, ya que con los dedos índice y medio o corazón se acciona la maneta del freno delantero y con el pulgar, anular y meñique se agarra el manillar y se acciona el puño del gas. Sabedor Márquez de que ese nervio estaba sano y salvo, empezó a darle vueltas (aún está en ello) a acelerar su recuperación y escaparse mañana, o el viernes, a Jerez para tratar de arañar algunos puntos en la carrera del domingo.

Márquez, que el pasado domingo, en Jerez, demostró, como ha explicado su jefe de equipo, Alberto Puig, estar dos pasos por delante del resto de pilotos de MotoGP, pues cada año se supera, mereció concluir en segunda posición, detrás de Fabio Quartararo (Yamaha), el primer GP de la temporada tras remontar de la 16 posición a la tercera, que era la que ocupaba cuando se disponía a superar, a falta de cuatro vueltas, a Maverick Viñales (Yamaha), y conseguir la plata, el segundo puesto del podio, lo nunca visto.

PUNTOS, TAL VEZ, VITALES

Es por ello que Márquez, que es perfectamente consciente de que el cero del domingo le pone muy cuesta arriba la renovación del título, está pensando en forzar su regreso, correr, aunque sea mermado en su condición física, para ver si puede arañar algunos puntos clasificándose entre los 10 o 15 primeros, consciente de que, tal vez, esos puntitos sean, al final, tras solo 13 carreras (nadie sabe si el Mundial podrá alargarse, en invierno, con las tres carreras de fuera de Europa: Argentina, Tailandia y Malasia), vitales para volver a ser campeón.

Es evidente que los doctores Mir y Barrera han de ser muy prudentes y solo permitirían a Márquez viajar a Jerez en caso de que, transcurridas 48 horas de la operación, lo vieran en condiciones físicas, movilidad y fuerza como para poder pasar el examen médico al que los doctores del trazado someten a los pilotos que, previamente, han sufrido una lesión. No hay duda de que, mentalmente, Márquez está preparadísimo para afrontar un reto así.

Solo tras ese examen físico se les permite, o no, a los pilotos participar en los entrenamientos. No hay duda de que, habiéndose corrido, la pasada semana, en Jerez, Márquez podría, incluso, saltarse las dos sesiones del viernes y entrar en liza el sábado, teniendo así un día más de recuperación. Es evidente que la fractura de un hueso permite una locura de este tipo, ya que si la intervención quirúrgica hubiese sido en los músculos o, incluso, en determinadas articulaciones, Márquez ni siquiera podría plantearse escaparse del hospital rumbo a Jerez.

AQUELLA GESTA DE LORENZO

Hay quien recuerda estos días, la proeza protagonizada por Jorge Lorenzo, en agosto del 2013, cuando se fracturó la clavícula izquierda en los ensayos del viernes en el GP de Holanda, celebrado en el popular trazado de Assen, viajó a Barcelona, fue operado y regresó, en un vuelo privado, el mismo sábado para clasificarse el 12 y, el domingo, acabar quinto, entre lágrimas, la carrera