Será cosa de familia. Será cosa de los genes, del ADN de papá Juliá y mamá Roser. "No sé. Yo, la verdad, es que, de pequeñito, era bastante más nervioso de lo que es Álex", cuenta Marc Márquez, tetracampeón del mundo de motociclismo y, dicen, primer asesor, consejero y tutor de su hermano Álex, aspirante al cetro mundial de Moto3. "¿Nervioso yo? Bueno, la presión se siente, la presión está en todas partes, todos nos jugamos mucho, pero, cuando se apaga el semáforo y has dado ya la primera vuelta de la carrera, se acabó todo, ya nadie te presiona y estas tú solo en la pista rodeados de rivales a los que tienes que ganar", sentencia el hermanísimo.

MANTENER LA RUTINA "No he querido mirar las pantallas de los tiempos; he preferido centrarme en mi trabajo, en poner la moto a punto y mejorar pasito a pasito. Es viernes, así que no tiene sentido preocuparse por donde está Miller", comentó Álex, que acabó con el tercero mejor tiempo del día por detrás de dos KTM, la del italiano Niccolò Antonelli y la de Miller. "Le he visto estupendo", relató su hermano Marc, que aseguró que han decidido no cambiar nada de lo que han estado haciendo en las 17 primeras carreras de este año.

Así como Álex parece controlar la presión que hay a su alrededor, Marc considera que "muchos nervios es malo para rendir bien, pero pocos nervios tampoco te ayudan a valorar realmente lo que te estas jugando. Así que yo creo que unos poquitos nervios, para la carrera, son completamente necesarios". Eso sí, los dos creen que "la única manera de coronarse campeón es disfrutando del momento". Por cierto, Marc insistió en que quiere acabar el año con récord de triunfos: 13.