Ya no hay duda. Cero dudas. A falta de seis carreras (Aragón, Tailandia, Japón, Australia, Malasia y Valencia) y 150 puntos, después de seis victorias de Honda (cinco de Marc Márquez y una de Cal Crutchlow) y otras seis de Ducati (tres de Andrea Dovizioso y tres, de Jorge Lorenzo), todo el ‘paddock’ de MotoGP sabe que la mejor moto es la ‘Desmosedici’ y que, si no gana el Mundial de MotoGP, es porque existe Marc Márquez.

Puede que suene a disparate, pero lo más probable es que la mejor moto no gane el título y sí lo haga el mejor piloto. Si ‘Dovi’ gana todas las carreras que quedan, sumará 304 puntos y, si lo hace Lorenzo, 280. El poder, la estrategia, la eficacia, el arrojo de Márquez ha sido, hasta la fecha, tan bestia que si acabase esas seis carreras segundo, se llevaría el título con 341 puntos; es más, también sería campeón si fuese tercero en los seis grandes premios que restan, pues totalizaría 317.

Al propio Márquez se le escapó, el pasado domingo, al finalizar el Gran Premio de San Marino, donde lo normal hubiese sido que Ducati hubiera conseguido un doblete, con Andrea Dovizioso y Jorge Lorenzo copando los dos primeros puestos (“si Jorge no se cae, yo no acabo segundo”), una frase tremenda, que luego trató de rectificar o matizar: “Suerte que Ducati se ha despertado tarde, o eso espero”.

Ya nadie duda, en el ‘paddock’ de MotoGP, que la Ducati es la mejor moto y, encima, como reflejan los gráficos que aparecen sobre estas líneas, han recuperado al mejor Lorenzo, al antiguo tricampeón de Yamaha, que no solo está ya a la altura de ‘Dovi’, sino que va camino de superar sus números. “Esa es otra, no solo tienen una gran moto, sino que sus pilotos han elevado el nivel de competitividad, lo que no es malo para mí porque es un buen toque de atención para Honda de cara al año que viene”.

“Gigi Dall’Igna ha hecho un gran trabajo desde que llegó a Ducati”, explicaba Valentino Rossi, en medio de la desesperación, el desconcierto y el caos que rodea a Yamaha. “Tras las vacaciones, como sucede casi cada año con Honda y Ducati, las dos marcas han dado el salto de calidad que deberíamos haber dado nosotros. La Ducati es, desde luego, la moto de referencia ahora en MotoGP”.

Claudio Domenicali, jefe Ducati y hombre decisivo para que Jorge Lorenzo no renovase su contrato y acabase en el equipo Repsol Honda, celebra, con camisa blanca y gafas de sol, la 'pole' del mallorquín ee Misano. / AP / FABRIZIO PETRANGELI

“No ganábamos aquí (Misano Adriático) desde el año 2007, lo que demuestra que este año tenemos, sí, la mejor moto”, dijo Dovizioso nada más bajarse del podio del trazado que lleva el nombre de Marco Simoncelli. “La verdad es que el ambiente en el box es de ensueño. Estamos haciendo un 1-2 regularmente y, sí, los ingenieros han hecho un grandísimo trabajo. No es fácil, no, luchar contra los japoneses y lo estamos consiguiendo”, reconoció Lorenzo tras lograr, el sábado, una ‘pole position’ espectacular.

Tan espectacular que Davide Tardozzi, ‘team manager’ del equipo de Borgo Panigale, elevó su dedo índice derecho al aire mientras en sus labios podía leerse “¡es el nº 1, el nº 1!” Tardozzi, que ama a sus dos pilotos y le desespera perder, a final de temporada, a Lorenzo pese al enorme esfuerzo que ha hecho por retenerlo (la decisión viene de fábrica, del jefe superior Claudio Domenicali), dijo tras la victoria de ‘Dovi’: “Andrea es un ‘grandissimo’, ha dominado la carrera y Ducati ha demostrado poseer un ‘pacchetto’, piloto-moto, estratosférico. Andrea es ‘il Professore’ de la estrategia en carrera. Tengo dos pilotos y dos hijos”.

EL PODER DE LA 'DESMOSEDICI'

Lo cierto es que Dall’Igna, Tardozzi y Paolo Ciabatti, Director Deportivo del equipo rojo, están haciendo un trabajo espectacular y, como dice Lorenzo, son los únicos que le plantan cara a los japoneses. Perdón, a Honda; perdón, a Márquez. “Yo, la verdad, no pienso en el título mundial”, comenta Dall’Igna, pese a estar a solo 23 puntos de Honda en el campeonato de constructores, el cetro más importante para la firma japonesa e italiana, pues es el único que te permite vender motos publicitando que eres 'campeón del mundo'.

"Nuestra intención es ganar, de aquí al final, el máximo número de grandes premios posibles. En Misano, parecía que teníamos asegurado un nuevo doblete, pero sigo muy orgulloso del trabajo en fábrica, de los equipos que desplazamos al circuito y, por descontado, de mis pilotos”, concluye el 'mago' que ha hecho posible el resurgir de la 'bala roja' hasta lo más alto del podio de MotoGP.