Vean, analicen, repasen, pásenlo bien contemplando el podio del Gran Premio de Cataluña, el mismo que disfrutaron 90.537 espectadores. Ustedes, que llevan años oyendo hablar de los campeones que vienen, de los chicos que emergen, de los jabatos que se van a comer el mundo, saben que los líderes de las tres últimas generaciones son los de la foto de Montmeló. El ‘abuelo’ Valentino Rossi (39 años, 9 títulos y 115 victorias), el tricampeón mallorquín Jorge Lorenzo (31 años, 5 cetros mundiales y 67 triunfos) y el tetracampeón más joven de la historia de MotoGP , poseedor de todos, todos, los récords de precocidad desde que apareció en el 2013, Marc Márquez (25 años, 6 coronas mundiales y 64 victorias). Lo siento, no hay más. Honor y gloria a esos caballeros, que juntos suman 20 títulos mundiales y 246 victorias.

Lorenzo va más lejos cuando dice que él y Marc son los únicos auténticos campeones capaces de ganar uno, dos, tres, cuatro, cinco grandes premios seguidos. Lo que ayer hicieron Lorenzo y Márquez fue de sombrerazo. El mallorquín volvió a abofetear el rostro de ese ejecutivo italiano, llamado Claudio Domenicali, que lo despedirá de Ducati al acabar el año, aunque puede que antes lo despidan a él. Hizo casi, casi, como en Mugello. Se apagó el semáforo y se fue. Bueno, no, se fue Márquez y Andrea Dovizioso, que se le adelantaron en la salida, pero, nada, dos vueltas. Al rato, Lorenzo ya era el amo y señor de la situación.

Todo lo malo, todo, ocurrió detrás de estos dos nuevos ‘amigos’, que dominaron la escena con manos mágicas y valentía prodigiosa. Unos se caían (otra vez) como Dovi. Otros lo intentaban al inicio pero, al final, cedían con un tercer podio (siempre tercero, sí), como Rossi, proeza enorme a los 39 años. Aquellos que prometían ruido hace no tanto, como Zarco, Petrucci, Crutchlow, Pedrosa, Iannone o Rins (dicen que la Suzuki ya está para ganar), acabaron atrás, muy atrás.

LOS CÁLCULOS

Lorenzo dominaba y Márquez pensaba más en el título, en sus cuentas, en la calculadora que en caerse de nuevo: «Dos caídas en el fin de semana, una ‘salvada’ de youtube el sábado y un sustito, justo después de ver cómo se caía Dovi. No, no, Marc, quédate aquí, 20 puntitos y ya pensaremos en derrotar a Jorge más adelante».

Lorenzo ya ha atrapado a Dovi (están los dos a 49 puntos de un impresionante Márquez). No deja de ser curioso y sintomático que los cuatro que persiguen en la general del campeonato al monarca de Cervera (Rossi, a 27 puntos de Márquez; Viñales, a 38; Zarco, a 42 y Petrucci, a 44) no han ganado una sola carrera. Así que todos los ojos están centrados, desde ya, en Lorenzo («habrá que ganarle pronto, pues cuando coge carrerilla da miedo», dijo Márquez) y en Marc.

Por eso, vista la demostración de poder, de velocidad, de estabilidad, de seguridad, del mallorquín, ya ha habido quien ha cogido el calendario y ha empezado a ver dónde se le puede atragantar un trazado al ídolo destronado de Ducati. «Jorge sabe que Marc es mucho Marc, que Márquez es el hombre a batir. Jorge sabe que Marc está impresionante y que hoy (por ayer) ha sabido jugar sus cartas con maestría, gestionando la carrera de maravilla. Jorge sabe que vendrán circuitos donde su Ducati no será tan competitiva pero, desde luego, Honda ha hecho fantásticamente en ficharle», dijo Crutchlow.

Lorenzo, que siempre tuvo a Márquez a 0.3 o 0.4 e, incluso, a un segundo de distancia, sabe que la empresa de alcanzar el título es «complicada, muy, muy difícil, pues aún estoy a 49 puntos, muchos». ¿Y Márquez? Feliz como una perdiz, contento por haber aprendido tanto y tan bien (no tan rápido, pues le ha costado conformarse cuando no puede ganar) sobre las estrategias a emplear en carrera. «Empecé a 23 puntos de Rossi, segundo en el Mundial, y salgo con +27, buen negocio. He corrido más con la cabeza que con el corazón. Como tocaba».