Como no podía ser de otra forma, estando la salida de la etapa decisiva de la Vuelta a escasos kilómetros de su casa, en Cervera (Lleida), el tetracampeón del mundo de MotoGP, el catalán Marc Márquez (Honda), se acercó a la saliada de la ronda española para vivir el ambiente de las carreras y compartir con los profesionales de la ruta sus sensaciones a lomos de la bicicleta, una de sus armas a la hora de preparar los grandes premios de MotoGP.

Márquez, que suele entrenarse más con la bici de mountain bike que con la de carretera, confesó que la haría ilusión que Alejandro Valverde ganase la Vuelta, aunque no tiene favorito claro. “Lo bonito es que está viva hasta el último día y que esta etapa de Andorra será muy, muy importante”. Márquez, que reconoció que había sido su preparador físico, Genís Cuadrós, quien le había metido el gusanillo de la bicicleta para mantenerse en forma, contó que él es más de montaña, que de carretera.

RESPETO A LA CARRETERA

“No sé, la carretera, con todos los accidentes que hay de ciclistas, me da mucho respeto y, además, a veces, cuando me he metido en la ruta y he puesto la bici a casi 90 kms/h., ‘uf!, he pesado que todo pasaba demasiado deprisa y que solo llevaba ese una licra y un casquito de nada y que las consecuencias podían ser desastrosas”, contó Márquez antes de la salida.