Más de 120 detenidos, 70 heridos y graves destrozos fue el balance de los violentos incidentes registrados en Buenos Aires durante los festejos por el subcampeonato de Argentina en el Mundial de Brasil. Quedó empañada la fiesta junto al Obelisco de decenas de miles de personas. "Esto no fue producto de la casualidad. Hubo una planificación para que ocurriera esto y que pueda generar un gran caos", declaró a radio La Red el secretario de Seguridad argentino, Sergio Berni.

Berni relató que pasadas las diez de la noche, grupos de encapuchados rompieron las aceras de avenidas del centro, saquearon negocios y automóviles y se enfrentaron a policías y periodistas. "Estaban todos muy alcoholizados. Tuvimos que actuar, a nadie la gusta actuar en un festejo. Actuar en esas condiciones es muy difícil, había criaturas y bebés, había que separar la paja del trigo".