El Ayuntamiento de Zaragoza aprobó en el Pleno celebrado ayer la moción presentada por el grupo municipal de Izquierda Unida en la que se pedía aumentar el número de desfibriladores en piscinas municipales y barrios rurales que no dispongan de un aparato cercano.

La consejera de Participación Ciudadana, Lola Ranera, se comprometió a la instalación de seis equipos en los barrios rurales de forma "inmediata" y anunció que seguirán formando a los trabajadores. El precio de los desfibriladores oscila entre los 800 y los 1.500 euros.