No pudo ser peor el estreno del Niño con la máscara de protección nasal después de la intervención quirúrgica que sufrió el sábado por la doble fractura en el tabique nasal más la rotura de los huesos propios de la nariz por el brutal codazo de Del Horno. No se siente cómodo con ella, sobre todo a la hora de ver el balón, y aseguró que quiere jugar el domingo sólo con la escayola, lo que aún reduce mucho más sus posiblidades de estar sobre el césped. Resulta difícil de imaginar que Víctor corra el riesgo de alinear al jugador si cualquier balonazo o golpe en la zona lo puede mandar otra vez al quirófano, más si Galletti, como así parece, tendrá levantado el castigo de un partido de sanción que ahora pesa sobre él.

Pero no sólo es ese mayor riesgo, el propio Cani admitió que tanto con esa protección como sólo con la escayola le cuesta un poco más respirar, lo que aún minimiza más sus posibilidades. De este modo, parece probable que este domingo ante el Sevilla no saltará al césped y, después que le sea retirada la escayola, el 30 de abril, tendrá más opciones de hacerlo frente al Albacete.

LA ATRACCION DE LA SESION En todo caso, Cani va a tener que seguir entrenándose varios días con esa máscara, que ayer se convirtió en la gran atracción de la sesión. Desde que saltó al césped, el jugador fue objeto de todas las miradas. Sus compañeros no dejaban de preguntarle cómo se sentía con la protección y Jesús Villanueva, médico del equipo, estaba muy pendiente de que el jugador la llevara puesta siempre que entraba en contacto con el balón, ya que durante la parte física del entrenamiento trabajó sólo con la escayola. "Te he dicho que no veo bien con ella", le espetó Cani al galeno cuando éste insistió por segunda vez en que se la pusiera antes de ensayar disparos a puerta, pero su lamento no fue escuchado: tuvo que hacerlo con la máscara que para él era como de hierro, aunque sea de plástico.

Cani comenzó la sesión trabajando con el balón durante 25 minutos con el preparador físico, Manuel Lapuente. "Ojo cómo me tiras el balón, que no lo veo bien", le dijo, cuando ya empezaba a comprobar los problemas del artilugio. Después, hizo un circuito físico con todo el grupo y sin protección, para trabajar más tarde los disparos a puerta --de nuevo con la máscara-- mientras que los compañeros que tienen más opciones de jugar el domingo practicaban con Víctor estrategia. De hecho, se le llamó por equivocación para que fuera a ese campo y el técnico zaragocista lo dejó claro. "No. Cani, nada", espetó.

Terminó la sesión corriendo --se cansó más de lo habitual-- mientras el resto hacía dos partidillos a mediocampo. Antes, algunos no se resistieron a probar la máscara. Láinez, el fisio Paul Knaap y Galletti se la pusieron y éste último hasta intentó regatear con ella. "Con eso es imposible jugar", dijo el argentino. La misma opinión que el Niño.