Aquel único título ganado hace 40 años en Madrid está demasiado lejano. Incluso la final que España jugó en el 84 en París ante Francia no ha hecho imposible olvidar los fracasos que se han acumulado cada dos años en las grandes citas. Por eso, aunque evitan presionarse, España inicia hoy ante Rusia un camino para aspirar al título.

Y lo hace al lado de casa, en Portugal, en una Eurocopa que el gobierno socialista de Antonio Guterres, primero, y del socialdemócrata José Manuel Durao Barroso, desde el 2002, han preparado en los últimos cinco años con dos ideas que van más allá del mero éxito deportivo: modernizar el país y promocionarlo a nivel internacional. Un objetivo que, en su momento, aprovechó España para relanzarse con la organización del Mundial-1982 y los Juegos de Barcelona-92.

La barrera de los cuartos de final, que la selección no supera desde la Eurocopa de Francia-84, es un lastre demasiado pesado para un país que pasea el dominio de sus clubs por Europa. Por eso hoy, casi tres horas después de que el colegiado italiano Pierluigi Collina marque el inicio del partido inaugural entre Portugal y Grecia en Oporto, se comprobará si España, al igual que los anfitriones, está preparada para el reto.

EQUIPO PREPARADO En teoría lo tiene todo a favor. Llega de tapado, sin presumir, como sucedía con Clemente y Camacho, de su condición de favorita y con un grupo de jugadores que huye de las polémicas y se siente cómodo conviviendo junto a un técnico honesto como Iñaki Sáez a quien los nervios y la presión del debut, que siempre marca el destino en un torneo tan corto como este, no le quita el sueño: "¿Nervios? ¿Qué nervios? Yo no necesito ninguna pastilla para dormir".

Portugal también lo tiene todo listo. Ha invertido 840 millones de euros (casi 140.000 millones de pesetas) en la preparación del torneo --siete de los 10 estadios son nuevos-- y ahora sólo espera que la Eurocopa discurra tranquila y sin incidentes. "Atentados como los ocurridos el 11 de septiembre en Nueva York y el pasado 11 de marzo en Madrid son motivos de preocupación. No podemos decir que no pasará nada, pero Portugal ha hecho todo lo que debía en materia de seguridad. Aunque vivimos en un mundo loco que pasa por momentos de gran inseguridad y el terrorismo y los hooligans pueden ser una amenaza para este campeonato", aseguró ayer

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