Se le pueden poner todos los apelativos que se quieran, pero el partido de esta tarde en Almendralejo ante un Extremadura en racha (18.00 horas) es toda una final para el Real Zaragoza, que solo tiene cuatro puntos de renta con el descenso, que marca el Lugo y que juega dos horas antes en Gijón frente al Sporting. El equipo de Víctor Fernández, que lleva una trayectoria descendente, ha llegado a las últimas cinco jornadas de Segunda mirando de forma preocupante el retrovisor, esperando que sean los rivales los que le salven, lo que aún no ha sucedido.

El Zaragoza va a tener que sumar dos victorias más para estar tranquilo y el calendario (Extremadura, Málaga y Tenerife fuera de casa y Sporting y Numancia en La Romareda) no le da tregua a un equipo que, quitando la victoria administrativa ante el Reus, ha sumado tres triunfos, un empate y seis derrotas en los últimos 10 partidos y que cada vez deja más clara su inconsistencia, ya que ni domina su área ni es eficaz arriba, factores que promovieron la derrota ante el Deportivo y que, con el triunfo del Lugo, volvieron a hacer sonar las alarmas. Las Palmas, Extremadura, Zaragoza, Tenerife, que cayó ayer en Granada, Rayo Majadahonda, Numancia y Lugo están inmersos en la lucha por eludir la última plaza de descenso, pero bien haría el equipo zaragocista en fijarse solo en tratar de ganar sus partidos, por mucho que se presenten tan difíciles como el de hoy, ante un rival lanzado con pleno de quince puntos y que contará con un Francisco de la Hera que rozará el lleno.

El partido se las trae para este Zaragoza, que hace las cuentas del miedo de la catástrofe que implicaría bajar a Segunda B y que paralelamente trabaja en el proyecto en la categoría de plata, empezando por el entrenador, donde Unzué, Djukic y López Garai son la terna de candidatos. En esa realidad doble y plagado de nervios y de dudas por la mala dinámica del equipo le llega un partido donde solo vale ganar, por mucho que un empate, si el Lugo pierde, tampoco sería malo, porque alejaría un punto más el peligro con una jornada menos. Sin embargo, no están ni Víctor ni sus jugadores para usar mucho la calculadora. Solo vale el botín de los tres puntos. Esa es la premisa principal y única.

Víctor Fernández colecciona un buen número de bajas para el duelo. No están Guitián y Eguaras, sancionados, Dorado, Lasure, Benito y Soro, estos cuatro en la enfermería. Al menos, el técnico recupera a James, pieza principal tras dos partidos de baja desde aquel golpe en el peroné sufrido ante el Alcorcón. De este modo, Nick Buyla y David Vicente completan una convocatoria en la que está Guti, que ha arrastrado un golpe en el gemelo en los últimos días. De cara al once de inicio, además de estar claro que tendrá una media de edad muy joven, es seguro que Álex Muñoz hará pareja con Verdasca en el eje, un dúo que por cierto no conoce la victoria cuando han jugado los dos de centrales en esta temporada y que no destaca precisamente por tener una tremenda fiabilidad.

VARIOS CAMBIOS

Además del vital regreso de James a la medular y de la entrada de Álex Muñoz en la zaga, en el once zaragocista habrá más novedades, porque Javi Ros es el que tiene todos los números para hacer de sustituto de Eguaras en la medular, después de que cumpliera con buena nota ante el Deportivo al salir desde el banquillo para hacer esa labor. Con Pep Biel, Álvaro Vázquez y Marc Gual como candidatos a seguir en la zona de ataque, habría una cuarta novedad más. Papu tiene opciones de mantenerse, pero Zapater y, sobre todo, Guti pueden dar un salto físico a la medular en un partido donde será necesario. Guti viene de ese golpe en el gemelo, pero ayer entrenó bien y parece contar con ventaja sobre Papu o Zapa.

El Extremadura, que hizo hasta nueve fichajes en enero y que está protagonizando una remontada que casi nadie esperaba, tampoco en el Zaragoza, llega en un buen momento y con cinco puntos de renta con el descenso. Solo tiene la baja de Perone, por la cláusula del miedo impuesta por el Zaragoza, aunque tampoco iba a jugar, ya que apenas cuenta, y Manuel Mosquera, técnico del conjunto extremeño, apunta a dar continuidad al once victorioso de las últimas semanas, con Ortuño, exzaragocista como Pedro, autor del gol del Deportivo en La Romareda hace una semana, como referencia en ataque.

El Extremadura ha hecho de la sobriedad como bloque y de la efectividad sus valores para la reacción. Anda con confianza y arriba tiene jugadores rápidos como Olabe, Kike Márquez, Perea o Nando, además de futbolistas venidos a menos como Reyes o Javi Álamo. Es un bloque peligroso y contará con el apoyo de su gente, porque el Francisco de la Hera apunta al lleno en su aforo en un partido que también es vital para ellos. Lo dicho, una final.