Después de ser baja el pasado fin de semana contra el Breogán de Lugo por una pequeña rotura fibrilar que se hizo en el partido anterior en San Sebastián contra el Delteco Gipuzkoa, Bo McCalebb comenzó ayer a ejercitarse con el resto de sus compañeros, aunque a menor ritmo. En el objetivo, el encuentro del domingo (19.30 horas) en la pista del Joventut, el último antes del parón por la Copa del Rey y por una nueva ventana FIBA.

Ayer tomó la palabra Marc Martí. «Jugar en Badalona es muy difícil, el Joventut se hace muy fuerte en su casa y tiene una plantilla formada por muy buenos jugadores, aunque ahora no dispongan de Shawn Dawson por lesión (estará unos ocho meses de baja a causa de la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha)», subrayó el joven ala-pívot, al que Porfirio Fisac está dando minutos. Después de la victoria cosechada en el Príncipe Felipe ante el Breogán, el equipo buscará lograr la tercera victoria consecutiva en la segunda vuelta del campeonato y así llegar lo antes posible a «esos 12 o 13 triunfos que garantizan la permanencia», apuntó el ilerdense.

En el choque ante los gallegos, los más jóvenes de la plantilla zaragozana pudieron contar con minutos para convencer al técnico con su potencial, y para Martí eso es una muestra de que el entrenador confía en ellos para aportar frescura al equipo desde el banquillo. «Salí muy contento del pabellón el pasado sábado porque, además de la victoria, ayudé al equipo durante los siete minutos que jugué, y sigo teniendo la confianza del entrenador. Ahora toca seguir trabajando para ver si a medida que avanza la temporada voy consiguiendo más minutos y puedo jugar mejor», matizó.

Esa confianza del entrenador se refuerza por la ayuda diaria que los compañeros con más experiencia brindan a las jóvenes promesas del plantel, como es el caso de Bo McCalebb y Carlos Alocén en la posición de base. En el caso de Martí, esa tutela la ejercen Nacho Martín, Fran Vázquez y Radovic. «Aprendo mucho de ellos», dijo el ala-pívot.