Solo tiene 16 años, pero el Europeo será la cuarta competición internacional de Marcos Martínez (Zaragoza, 1997). "La primera la hice con 14 años, era el campeonato de Europa en Azerbaiyán". Al año siguiente, el 2013, llegaron el Europeo de Turquía y el Mundial en España. "Tuve la mala suerte de acabar en la cuarta posición, que desde fuera parece que está bien, pero desde dentro... En la semifinal caí con Egipto y el bronce lo perdí con Marruecos. Ver las medallas tan cerca es un palo, pero te sirve para ver que estás ahí y a la siguiente se puede conseguir", relata Martínez.

Como en su barrio, Garrapinillos, no había clases de kárate, sus padres le llevaron al municipio vecino. "Empecé con cinco años en un gimnasio en Utebo y llevo toda mi vida entrenando. Mi técnico es Antonio Martínez Amillo, que tiene un gran palmarés internacional", dice. Hace cuatro años, vistas sus cualidades, Martínez Amillo se lo llevó a otro gimnasio más desarrollado en el que también daba clases para pulir su talento y donde entrena también con la karateca Yaiza Martín. "Al principio empieza siendo un juego, pero el kárate te enseña disciplina y respeto al deporte, algo que quizá no ocurre en otros deportes", alega. En Lisboa, donde competirá en la modalidad kumite de más de 76 kilos, espera que esta vez no le toque la medalla de chocolate.

"Al venir de pelear el bronce, ves las medallas con bastantes posibilidades, pero una vez llegado el momento tienes que estar al 100%", dice. En cualquier caso, aunque ya conoce a sus contrincantes después de tres torneos, no presta atención a sus obstáculos en el camino al metal. "No me gusta seguir a los rivales, porque te acabas obsesionando. Tienes que centrarte en tu trabajo".