La Copa siempre llega en buen momento, vino a decir José Luis Abós el domingo tras una nueva victoria convincente de su equipo. No le falta razón al técnico por cuanto este torneo tiene de particular, porque motiva por sí solo, porque no es comparable con nada. Aquí no hay cuentas que valgan, o victoria o vuelta a casa, y en caso de triunfo el camino está marcado hasta el final. Pero en esta ocasión, además, también es cierto que la Copa llega en un gran momento. Mejor dicho, es el CAI el que alcanza el torneo en su mejor momento de la temporada.

Es sexto clasificado en la ACB, se ha impuesto con autoridad en sus dos últimos encuentros en casa --ante Murcia y Bilbao-- y compitió ante el Laboral Kutxa, rehaciéndose tras un mal inicio. Su racha en los últimos cinco partidos (3-2) es la misma que la de Barcelona, Gran Canaria y Laboral Kutxa, también en la Copa, y la de los últimos diez encuentros (6-4) es igual también que la del Barcelona o su rival Unicaja. No son solo los resultados, es sobre todo el juego, las sensaciones que transmite el equipo, lo que permite asegurar que el CAI está empezando a ser el CAI.

Por su respuesta colectiva, ese juego alegre que divierte y vence, y porque se van sumando cada día más jugadores a la causa, añadiendo cada jornada nuevos argumentos como equipo. El mejor momento para la Copa.