Hay imágenes que quedan grabadas para siempre en la retina, momentos icónicos que resumen citas históricas. Esa instantánea se vivió el viernes en Kazán en el minuto 93 con 14 segundos. El mejor pulso del Mundial agonizaba con la favorita a punto de morir cuando Neymar conectó un envenenado disparo desde la frontal del area. El balón pasó por encima de Kompany y se dirigía hacia la red hasta que emergió el belga Thibaut Courtois (Bree, 26 años) para para coronar su brutal actuación. Con su mano derecha echó a la pentacampeona.

Necesitaba un torneo así el gran portero del Chelsea (1,99 metros). Su temporada no ha estado al nivel de su indudable talento. La eliminatoria contra el Barça, en la que sufrió las diabluras de Leo Messi, le dejó muy tocado. «Un hombre tiene que aceptar los errores y yo he fallado», afirmó tras el duelo del Camp Nou. Las memes lo crucificaron por los tantos del argentino sin ángulo y por debajo de las piernas.

Courtois sabía que se levantaría y, tarde o temprano, protagonizaría alguna exhibición como la de la Copa del Rey del 2013, cuando el Atlético conquistó el título en el Bernabéu con un recital del arquero belga. Este viernes le tocó sufrirlo a Brasil. Hasta nueve veces topó la canarinha con el muro de Thibaut.

«Estoy muy orgulloso del partidazo que hicieron mis compañeros. Ellos ya pensaban que eran los campeones, pero vencimos. Es solo un paso más, vamos a hacer lo posible para ganar», valoró Courtois, satisfecho por alcanzar unas semifinales que se resistían desde México-86. Entonces, el portero era Jean Marie Pfaff; Ceulemans, el capitán; y Scifo, la estrella. Dos goles de Maradona evitaron la presencia de los diablos rojos en la final ante Alemania.

El cancerbero resumió con orgullo su actuación. «Había mucha presión sobre nosotros, pero ya hemos superado lo que hicimos en el Europeo y el Mundial pasado. Estamos en el camino correcto. Contuvimos bien a los brasileños y cuando llegaron ahí estuve yo para intentar parar todo». Su partido fue elogiado por ambos seleccionadores. «Estuvo iluminado. Fue el hombre del partido», reconoció Tite. «Thibout ha demostrado lo que es: el mejor portero del mundo», proclamó Roberto Martínez. Con el técnico catalán ha encontrado la estabilidad el arquero. Atrás quedan los tiempos de Wilmots, con quien se llegó a pelear en el vestuario después de criticar públicamente su táctica tras la derrota ante Gales en los cuartos de la pasada Eurocopa.

Abramovich ya ha intentado renovarlo para el Chelsea, pero no quiere seguir en la Premier. «Siempre lo he dicho, mis hijos están en Madrid y quiero estar con ellos. Su felicidad es lo primero». El meta se separó el pasado año de la canaria Marta Domínguez, pero su hija Adriana y el pequeño Nicolás, nacido hace solo 14 meses, siguen viviendo en la capital. Atlético y Madrid pueden ser sus destinos.