El Real Madrid ha vuelto a dar otro paso adelante. Lo ha hecho gracias a una mejoría basada en la solidez defensiva y el crecimiento del croata Luka Modric, que muestra su personalidad en cada partido. El equipo blanco no encaja un gol desde el 22 de diciembre. Cinco encuentros consecutivos --tres en la Liga y dos en la Copa del Rey-- forman la base del crecimiento de un equipo que siempre exhibió su pegada, con un Cristiano Ronaldo imparable toda la temporada y que suma nuevos factores para su mejoría, como el crecimiento de Modric que explota su mejor fútbol para mejorar al resto.

El croata aporta a Carlo Ancelotti un aspecto del juego en el que el técnico italiano siempre incidió: la velocidad en la posesión. Desde su llegada pretendió dirigir un equipo dominador de los partidos pero que no aburriese con el balón en los pies. El ritmo de juego es un factor clave. La recuperación de Xabi Alonso y la libertad con la que juega Luka provocan que el Real Madrid no añore la figura de un centrocampista de corte defensivo como el alemán Sami Khedira, lesionado para toda la temporada.

Con la portería bien cubierta y sin que Diego López ni Casillas estén pagando el reparto de competiciones en su rendimiento, la estabilidad llega desde una defensa con dos pilares cuyo estado marca el camino del Madrid. El portugués Pepe mantiene una línea. Ramos va de menos a más, tras mostrar una forma física floja. El central realizó autocrítica y aprovechó el parón navideño para trabajar.

El Real Madrid tan solo ha encajado cuatro goles en dos meses de competición, en dos partidos de diez ante Osasuna en el empate liguero de El Sadar (2-2) y en Mestalla en el último encuentro de 2013 (2-3). En esos encuentros ha marcado 22 tantos. Es lo que les ha hecho mantener el ritmo de la cabeza.