Se le suele ver, u oír, con Nico Abad, Ángel Nieto, Dennis Noyes o Mela Chércoles, los que ponen la cara en Mediaset para retransmitir los fines de semana de motos en España. Entre hombres y ruedas se desenvuelve Melissa Jiménez, algo que no es novedad para ella. Su padre, Alejandro Jiménez, le metió la pasión por las dos ruedas desde que era bien pequeña. Y no se la ha podido sacar de dentro. No es que sea un don nadie su padre en el Mundial, además. Fue piloto primero, y ahora es el jefe de mecánicos de Gresini, de Álvaro Bautista.

No duda ni un segundo Melissa de que ha aterrizado exactamente donde quería. "Mi padre lleva 27 años, mi edad, en el Mundial de motos. Desde pequeña me inculcó esta pasión, aunque es algo con lo que se nace. Cada vez me han ido enganchando más las carreras y los pilotos españoles y cuando estás dentro aún te engancha más. Ahora me corre por las venas, pero tenía muy claro que quería estar aquí donde estoy. De pequeña yo quería ser pilota, que por entonces no estaba muy bien visto. Mi padre me decía que ni hablar. Ya se sabe, en casa del herrero... Lo intenté algunas veces, pero no salió demasiado bien. Así que lo intenté por la comunicación".

Así que después de algunas caídas y de admitir que no iba a llegar muy lejos montada en una moto, la comentarista de Mediaset se decidió a buscar otra vía que le condujera hasta el paddock. "Yo quería hacer algo que me llevara a tener que ver con el mundo de las motos. Estudié periodismo y aquí estoy. Se vive mucho. La adrenalina no se pierde pese a que pases tantas horas en los circuitos. Se vive aún con más intensidad porque conoces a las personas y sabes cuánto ha tenido que trabajar un piloto antes de subirse a su moto y las narices que tienen a 300 km/h encima de la moto".

Llegó al circo de las motos con alguna ventaja. "No soy técnico ni jefe de mecánicos. Si tengo dudas, pregunto. Algunos compañeros tienen ventaja porque son expilotos, aunque evidentemente sé lo que es una suspensión, un chasis o el freno motor, aspectos básicos que otra persona no tendría por qué saber".

Hace más de un año que sustituyó a Lara Álvarez para convertirse en uno de los rostros más conocidos en el mundo de las dos ruedas, aunque no le incomoda la fama. "Las motos todavía no tienen el eco que a nosotros nos gustaría. A mí no me ha cambiado la vida. Donde más me reconocen es en el paddock y conmigo la gente es muy amable", asegura Jiménez, que se toma también de otra manera las guerras de las redes sociales. "He pasado siempre mucho de las redes sociales, voy a mi aire. Las críticas constructivas las acepto y las que no me gustan, intento no leerlas. Las buenas, claro, son estupendas".

"Me gusta mucho este Gran Premio. Normalmente estamos acostumbrados a pasearnos por paddocks muy antiguos como Le Mans o Sachsenring. Este circuito me recuerda un poco al de Austin, en Texas", explica Melissa, pendiente de iniciar la gira asiática con todo el equipo, tres semanas que dejarán el Mundial casi cerrado. "Todos estamos esperando al triunfo de Márquez, que llegará en Japón, supongo. Me gustaría que ganara alguna carrera Jorge Lorenzo, no obstante. En Moto2 me gustaría que Maverick se metiera más en la guerra, pero lo tiene difícil, así que espero que gane Tito. Y en Moto3 me gustaría que ganara Rins, que el año pasado se quedó muy cerca".