Xavi Aguado tiene memoria y la recupera, como corresponde a un gran capitán, con más ánimo justiciero que nostálgico, con un fuerte matiz reivindicativo para sí mismo y para todos los compañeros que viajaron en el mismo vagón de la historia zaragocista durante las últimas 14 temporadas, la última de ellas en blanco para el central por causa de la lesión que le obligó a retirarse. El exfutbolista presentó ayer su homenaje, que tendrá lugar el 30 de mayo en La Romareda, y pese a ser el centro neurálgico de la cita, estuvo custodiado en la rueda de prensa por tres símbolos de la pirámide de la historia moderna del Real Zaragoza: Juan Señor, Miguel Pardeza y Santiago Aragón. El barniz de esa mesa no pretendía ser melancólico, pero con esos embajadores reunidos en ella adquirió una tonalidad memorable, de inevitable añoranza. Títulos, coraje, goles, fútbol de lujo.... Aguado ha logrado que por un día, el suyo, la afición pueda beber de ese cóctel exquisito entonces y dulce néctar ahora. Estarán el Dream Team campeón de Europa, el equipo campeón de la Recopa, el Real Zaragoza que venció al Madrid en la final de Montjuïc, futbolistas de varias generaciones recientes, muchos de ellos aún en activo. Menuda ha organizado el 6 . Un momento así merece un estadio lleno.

Dice Xavi que miró a su alrededor y que por la avenida principal vio a Juan Señor extendiendo su mano y su amistad a un chaval de Badalona que venía a hacer la mili a Zaragoza. Compartió con el genial centrocampista habitación y entrenamientos, pero ni un solo partido. A Señor le detectaron un problema en el corazón y se tuvo que ir. Muy pocos llamaron a su puerta y la promesa de un homenaje se diluyó en el frágil vaho del tiempo. Hasta hoy. "Una de mis grandes ilusiones era haber jugado con Juan, pero no fue posible. Ahora voy a cumplir ese sueño", dijo Aguado, quien incidió en la dictadura que ejerce el olvido con tanta intensidad en este equipo. "Por unas u otras circunstancias, los jugadores que ganaron la Recopa no pudieron despedirse. Muchos se fueron por la puerta de atrás, incluido Miguel Pardeza. Me parece de justicia que estén todos ellos en un día tan especial".

Pieza principal

Señor lo fue todo. Referencia ineludible del Real Zaragoza y de la selección española de los ochenta , será pieza principal en el homenaje. No viene a cobrarse nada, sólo a recoger la breve e intensa emoción que se merece. "El homenaje personal de Xavi Aguado ya lo tengo, y desde luego tiene mi admiración como el gran profesional que ha sido y por saber interpretar que el Real Zaragoza, ante todo, es el presente, pero también su pasado", subrayó el fuera campeón de la Copa del Rey de 1986, trofeo que levantó como capitán en el Manzanares. Al igual que Xavi, se detuvo un instante en la misma estación: "Fuera de aquí hay una sensación de que quizás no se reconozcan como se debe los méritos de los jugadores que se van. Sin embargo, esa conciencia está cambiando. Insisto en que no se puede vivir estancado en el pasado, aunque es saludable tenerlo fresco".

Para Miguel Pardeza, lector pausado de la vida y del deporte de élite, "el fútbol como se concibe hoy en día no hace hincapié en la historia porque no suele haber jugadores con tanta longevidad en un club". El director deportivo del Real Zaragoza, considera, sin embargo, que "no hay despedidas absolutas, ni tampoco justicia ni injusticia en el adiós deportivo. Cada uno tenemos el tiempo que nos corresponde y debemos disfrutar de él". Uno de los grandes referentes de la época dorada con brillante punto y final en el París del 95, manifestó "el honor y el placer que supone acompañar a Aguado en su homenaje, porque hablamos de un jugador que ha entrado en la historia del club por méritos propios". Como Aragón y su elegancia. "Vamos a ayudar a Xavi, a estar junto a él en un momento tan entrañable, el colofón a una magnífica trayectoria que hemos tenido el placer de compartir".

A poco más de un mes del homenaje, Xavi Aguado pule los preparativos de la que se anuncia como una gran fiesta para él, para la memoria del zaragocismo, que, ajena a las amnesias y a vacíos burocráticos, vive de sus leyendas.